Nuestro precio incluye:
- Circuito en autobús, 7 días de viaje.
- Recorrido en autocar con guía en español y portugués, seguro básico de viaje, hotel y desayuno tipo buffet.
- Inicio del circuito: Dublin
- Final del circuito: Dublin
- Visitas: Dublin, Powerscourt, Kilkenny, Cashel, Cork, Kinsale, Killarney, Limerick, Acantilados De Moher, Galway, Clonmacnoise
- Visita panorámica en: Dublin, Clonmacnoise
- Barco: Por el lago en Castillo de Ross
- Entradas: Jardines del Palacio Powerscourt, Castillo de Cashel , Parque Nacional con paseo en coche de caballos em Killarney , Bunraty Folk Park , Acantilados de Moher , Ruinas celtas de Clonmacnoise
- 2 Cenas Incluidos en: Cork, Limerick
Alojamientos:
- Dublin, 3 noches
- Cork, 1 noche
- Limerick, 1 noche
- Galway, 1 noche
Nuestro precio NO incluye:
- Entradas a Museos, monumentos y otros puntos que no se encuentren detallados en el itinerario.
- Extras en los hoteles.
- Vuelos u otros transportes hasta la ciudad de inicio del circuito Dublin
Podemos ayudarle a buscar los vuelos hasta la ciudad de inicio y regreso, solicítelo a nuestros agentes de viajes.
Dublín más allá de la literatura
La capital irlandesa es el destino preferente para quienes buscan mejorar su inglés. Probablemente no sea el lugar donde más se cuida la gramática, pero sí un lugar abierto y alegre cuna de grandes literatos.
El Trinity College es la institución educativa más importante. Los grandes autores estudiaron en esta institución de la que destaca el reloj azul de su fachada, marcando la diferencia entre el tiempo antiguo y el moderno. A la izquierda de la universidad se abre Grafton Street, la calle más popular y cosmopolita de la capital. Cientos de personas pasean por la calzada adoquinada custodiados por cafés y pubs centenarios. Antes de llegar al barrio de los museos es parada obligatoria la plaza Merrion, ejemplo de la arquitectura dublinesa. Y no hay visita que valga si no se ha estado en la Catedral St Patrick, de singular simbolismo para los católicos de la ciudad, y el Castillo de Dublín, cuyo origen remonta al tiempo de los vikingos.
Duendes y cerveza
No espere ver duendes y tréboles de cuatro hojas cuando visite Irlanda. Aunque se han convertido en las insignias de la región, la verdadera reina de la casa es la cerveza, concretamente la negra.
Los historiadores sitúan el origen de la cerveza irlandesa hace 5000 años. Y aunque los vecinos británicos pretenden quitar el privilegio de ser los inventores de algunas de las variedades más populares, es en los pubs irlandeses donde se aprecia todo su potencial. Aquí las cartas de los bares no tienen platos, sino cervezas. Todos los tipos, tamaños y precios se dan cita en las vitrinas de las tascas llenas de estudiantes.
No obstante, para quitarse el mal gusto del enfrentamiento, en Irlanda hay centenares de micro destilerías. Pequeñas fábricas de escasa producción donde se elabora cervezas con mucha personalidad.
Galway, ya en el oeste, es una ciudad más moderna aunque con el embrujo de las tierras irlandesas. Una gran parte de la población es estudiante, de los que se refugian en los pubs y tabernas de la zona antigua para probar la cerveza, bebida nacional. Aunque quizás donde mejor se hacía la cerveza era en Clonmacnoise. Hoy la ciudad está en ruinas, mostrando un maravilloso conjunto arquitectónico que albergó importantes universidades y órdenes monásticas de toda Europa.
Irlanda
Se dice que en Irlanda hay casi tantas iglesias como en Italia. Quizás no tantas, pero sí muchas, lo que hace de Irlanda un destino singular para vivir la Semana Santa de una forma diferente. Por contra a los vecinos británicos, aquí es la cerveza la que riega las mesas, aunque en los paisajes sí se encuentra cierta similitud. Praderas, acantilados, calzadas para gigantes, leyendas celtas... En Irlanda aguarda un crisol de experiencias.
Dublín da la bienvenida a los visitantes. El ambiente abierto de sus ciudadanos se hace patente entre pintas de cervezas en cualquiera de los pubs que pueblan la capital. Entorno al río Liffey se levantan los más populares barrios dublineses, los que inspiraron a James Joyce, toda una institución en estas tierras.
Lo que se conoce como el Anillo de Kerry es una ruta de casi doscientos kilómetros. Los pueblos, donde la lengua común es el gaélico, se alternan entre prados interminables con restos arqueológicos milenarios. Las leyendas celtas y vikingas se inspiran en asombrosos paisajes con vistas al Atlántico. Cork es la segunda ciudad de Irlanda. En su mercado abundan los puestos donde los comerciantes jalonan el marisco y pescado fresco. De su puerto partió el Titanic hacia su aciago final hace más de un siglo. Merece la pena recorrer las calles del casco antiguo en busca las tabernas marineras y las huellas otras épocas.