Los Mercados Medievales para estas Navidades
No hay nada como los mercados de navidad para disfrutar de la época más mágica del año mientras hacemos turismo a través de Europa. Estos lugares son ideales no solo en lo relacionado con hacer compras de productos tradicionales, sino también para ver cómo se disfruta del espíritu navideño en cada una de estas zonas. En este sentido hay algunas ciudades de Europa que destacan de una manera especial en lo relacionado con sus mercados navideños. Vamos a comenzar nuestro repaso visitando el mercado navideño de Brujas e iremos avanzando hasta el de Bruselas. Os invitamos a participar con nosotros en este mágico viaje navideño.
Brujas
Una vez llegues al mercado navideño de Brujas vas a tener que pensar dos veces si estás en un lugar real o dentro de una película estrenada en cines con motivo de la navidad. En este lugar todo es mágico, desde la decoración hasta el ambiente, siendo una muy buena oportunidad de descubrir lo que significa vivir la navidad en un sitio donde sienten el espíritu navideño en cada una de sus acciones. A que la experiencia sea inolvidable ayuda la propia esencia de Brujas, dado que esta ciudad es de remarcado estilo medieval, y guarda mucha magia y fantasía a lo largo de cada una de sus calles. Quienes la visitan no pueden olvidar el recuerdo de haber estado en un lugar lleno de magia y dotado, en plena época navideña, de una ambientación que inspira mil y una fantasías en cualquier persona, sea más mayor o más joven.
El mercado de Brujas, en lo relacionado con la multitud de puestos que nos espera, nos propone la adquisición de adornos, accesorios, prendas y otros muchos objetos tradicionales de la región. Se ha convertido en uno de los destinos clave si recomendamos mercados de navidad, no solo por esta variedad de productos, sino también por los distintos platos y bebidas de los que podemos disfrutar en nuestra visita.
Este equilibrio con el que se presenta Brujas, a caballo entre la ciudad de mayor fantasía del mundo y el decorado de película de Papá Noel, hará que recuperemos el espíritu navideño en su máximo esplendor. Y no menos relevante, Brujas es un sitio tan seguro que podemos caminar por sus calles en cualquier momento del día sin miedo alguno. Su mercadillo navideño estará abierto del día 22 de noviembre al 2 de enero y se encuentra arropado por otras atracciones, como una gran pista de hielo.
Viena
Abandonamos Bélgica para llegar hasta Austria, donde nos esperan los mercados navideños de Viena. Están entre los más reconocidos de Europa y están abiertos desde el 16 de noviembre hasta el 24 de diciembre. Aunque estos mercados navideños terminan antes que en otros países, la buena noticia es que no cierran ningún día, por lo que durante estas fechas los podemos visitar con libertad. Por otro lado, hay que decir que Viena tiene una gran cantidad de mercados navideños, lo que significa que podemos dedicar varios días a recorrerlos todos y así descubrir muchos objetos muy distintos en cada uno de ellos.
Podríamos decir, eso sí, que el más conocido es el que se encuentra en la plaza del Ayuntamiento de la ciudad. Es conocido como Rathaus Wien Christkindlmarkt (Mercado de Navidad del Ayuntamiento de Viena) y está arropado por una notable cantidad de puntos de interés que aprovechan la época navideña para llenar de magia e ilusión los alrededores. Por ejemplo, justo delante del ayuntamiento se encuentra el árbol de navidad, que despierta mucho interés todos los años, y en el interior es posible escuchar villancicos en directo un buen número de días. En este lugar la navidad se disfruta de una forma muy especial y en ocasiones resulta tan real como mirar las tradicionales postales navideñas que están cargadas de magia e ilusión. Los paseos en pony, la gran cantidad de árboles adornados y el sentimiento que emanan las personas, que se sumergen al completo en el espíritu navideño, hacen de esta visita una recomendación imprescindible.
Son más de 10 los mercados navideños que se pueden visitar en Viena, como el que se sitúa en el Palacio de Schönbrunn, el de la plaza Freyung o el de la iglesia de San Carlos. Entre ellos comparten algunos puntos en común, como la venta de objetos tradicionales navideños, pero todos tienen algo que les caracteriza, ya sea artesanía, gastronomía u otros elementos particulares que hacen recomendable conocerlos.
Tallin
La tradición de los mercados navideños más clásicos, aquellos que despiertan la magia de épocas pasadas, la descubrimos cuando visitamos Tallin, en Estonia. Cuentan las historias que si bien fue a inicios de los años 90 cuando se reinició la tradición del mercadillo navideño de la plaza del Ayuntamiento, en realidad este existió muchos cientos de años atrás.
Hay muchas teorías sobre dónde se originó la tradición del árbol de navidad, pero una de ellas indica que el primero se colocó en Tallin. Se puso en la plaza del Ayuntamiento, y es aquí donde todos los años se vuelve a colocar, causando un gran interés entre propios y extraños.
El mercadillo de Tallin está abierto entre los días 23 de noviembre y 8 de enero, y es una buena forma de descubrir las tradiciones de este lugar y de conectar con su lado más tradicional.
Es otro sitio que, como los anteriores, respeta el espíritu navideño y la magia de sentir que realmente celebras este momento del año tan especial.
Además de comprar, los visitantes tienen la oportunidad de consumir algunos de los elementos más tradicionales en cuanto a la gastronomía del momento en Tallin. Hablamos de, por ejemplo, el pan de jengibre, que es algo que no se puede pasar sin probar, o el vino caliente, ya quizá más extraño, pero igualmente exótico. La visita al mercadillo se combina con música en directo gracias a los coros de la zona, y también es posible ver la oficina de correos del mismísimo Papá Noel.
Cracovia
La navidad en Cracovia, en Polonia, se vive también de una forma especial, y aunque es menos mágica que los otros destinos mencionados, también resulta un lugar imprescindible si pensamos en su mercadillo navideño.
Este reúne una propuesta muy sólida respecto a todo lo que se necesita para disfrutar de una visita inolvidable. Los puestos no se limitan a ofrecer muestras de artesanía, sino que derivan hacia multitud de tipos de producto para que los visitantes encuentren prácticamente cualquier cosa que puedan necesitar. Las joyas son ya clásicas de este lugar, destacando su más que llamativa belleza, pero también ganan una repercusión especial los puestos gastronómicos.
Si hablamos de la comida que podremos probar en el mercadillo de navidad, no hay duda que los guisos destacan, pero la mejor combinación se representa en la forma de sus clásicas salchichas y su cerveza caliente, muy recomendable teniendo en cuenta las bajas temperaturas.
La visita al mercadillo gana en consistencia y emoción si tenemos la suerte de hacerlo en un día en el que esté nevando, dado que esto resalta todavía más el espíritu navideño que se respira. También ayudan a ello los coros que actúan, siendo muy tradicional en la ciudad que grupos de personas amenicen los días a los visitantes con sus canciones.
Bruselas
Para terminar volvemos a donde comenzamos: Bélgica, en este caso para hablar del que está considerado como uno de los mercados navideños más grandes del mundo. Nos referimos, como no puede ser de otra manera, al de Bruselas.
Se recomienda tomarse con mucha calma el descubrimiento de este mercadillo y también es bueno que, si vemos algo que nos gusta, lo compremos la primera vez que lo veamos, dado que existen pocas posibilidades de que volvamos a recorrer el camino de vuelta si estamos cansados. Esto se debe a que tiene una extensión de nada más y nada menos que dos kilómetros, distancia en la cual tendremos la ocasión de ver más de 200 puestos distintos.
Como es de imaginar, la variedad en los artículos que encontramos en este mercado navideño es más que elevada, contando desde con los productos artesanales hasta con objetos muy propios de la navidad. Muestras de comida y bebida de la época y de estilo muy tradicional también están presentes para que la visita pueda ser disfrutada al completo. Para crear un mayor interés, a medida que recorramos el mercado iremos disfrutando con un detallado trabajo de iluminación que sorprende por la exquisitez que se pone en destacar hasta el último elemento de los edificios iluminados. Focos de luz, paredes con miles de bombillas, luces reflejando en los edificios y, de fondo, una espectacular noria iluminada, todo con un estilo que no se olvida. El mercado está abierto desde el 29 de noviembre al 5 de enero.
Pero más allá de estas recomendaciones, Europa tiene otros bonitos y recomendables mercados de navidad que han conseguido ser fruto del interés de turistas de todos los lugares. Destacan, por ejemplo, los de Gante y Amberes en Bélgica, los de Colonia y Fráncfort del Meno en Alemania, o los de Nantes y Lyon en Francia.
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