Su condición de capital de Gambia no le ha servido a Banjul para ser la ciudad que cabría esperar de ella. Rodeada por las aguas del río Gambia, justo en la desembocadura de esta autopista que hace de eje de país, y limitada por marismas y cenagales en su unión con la tierra, Banjul sobrevive en un aislamiento que le permite conservar ciertos encantos y atractivos, a la espalda de la gran Serekunda, más visitada por los turistas que viajan a Gambia.
Banjul es una ciudad pequeña con calles que parecen trazadas por las manos expertas de un ingeniero, aunque la realidad revela a una capital pobre en la que la tierra sustituye al alquitrán en sus principales carreteras. Al viajero le da la bienvenida un monumento conocido como Arco 22, situado en la entrada de Banjul, entre árboles y palmeras. La obra, a modo de arco del triunfo, celebra la ascensión al poder del actual presidente del país. Merece la pena subir a lo más alto y capturar una primera imagen de esta capital de casas bajas. Siguiendo la avenida de la Independencia se pasa ante el Museo Nacional, donde se hace un repaso por la historia del país desde su fundación por los ingleses a la oscura huella dejada por la esclavitud. La muestra lo mismo ofrece fotos de gobernadores de Gambia que lienzos de la flora y fauna del país.
Visitados los monumentos más importantes de Banjul es hora de adentrarse en la ciudad y conocer su particular idiosincrasia. El mercado Albert es el mejor lugar para empaparnos de Gambia. Los colores de los puestos repletos de fruta y productos frescos, pescados, verduras, especias… compaginan en la gama cromática con las vestimentas de los gambianos. En este ordenado desorden lo mismo nos ofrecen delicias recolectadas hace unas horas que telas de vistosos colores con los que confeccionar los trajes típicos de la región. Y después de visitar este fabuloso mercado, explosión de colores, sabores, olores y vida, corresponde atender las necesidades del apetito y degustar la gastronomía de Gambia.
Sin salir de Banjul se puede optar por algunos de los mejores restaurantes del país (Patrimonio Africano, Pam-Pam, Al Basha o Braustubl). En todos el arroz tiene un papel importante, junto con el pescado, capturado en la misma desembocadura del Gambia. Entre los platos más recomendables: “domodah” (arroz con avellanas) y “tiep-bou-diene” (pescado, tomate y arroz). Aunque lo mejor prescindir del instinto y dejarse aconsejar por los lugareños.