Las islas venecianas
Frente a la plaza de san Marcos, a un paseo en barco, está la isla de san Giorgio Maggiore. Un tranquilo monasterio alejado del bullicio del turismo. En la isla no hay alojamientos, pero es un lugar único desde el que contemplar el canal de entrada desde la laguna. Además el campanario del monasterio tiene unas excelentes vistas sobre Venecia, con las columnas de san Marcos como protectoras.
Al otro lado de la ciudad, merece la pena visitar las islas de Murano y Burano. Dedicadas cada una de ellas a la artesanía: al vidrio y los encajes respectivamente. En sus tiendas se pueden obtener verdaderas joyas elaboradas de forma tradicional. Una forma original de llevar un trozo de Venecia.
Navegar por la Laguna
Venecia es un archipiélago interior. Cuatrocientos puentes unen 117 islas. Aunque uno de los mayores atractivos es la Laguna de Venecia. En ella hay una explosión de naturaleza. Plantas y aves son los acompañantes en un paseo que muestra la imagen misma que vieron los primeros colonizadores de la región.
Un paseo por la Laguna permite pasar próximo al cementerio de Venecia, al que está dedicada íntegramente la isla de san Miguel. Aquí guardan descanso eterno numerosas personalidades venecianas, italianas, pero también almas que extranjeras que quedaron para siempre amarradas a la «Ciudad de los canales».
Cuando escuchamos Suiza, nos viene a la mente relojes, quesos, chocolates etc... Suiza es un paraíso de la naturaleza, montañas verdes, cumbres, lagos, nieve, ciudades históricas, castillos...
Suiza se puede visitar durante todo el año, en primavera y verano para los amamntes de la naturaleza y senderismo y en invierno para los deportistas de squí. Un país tranquilo donde curiosamente un gran número de sus habitantes son extranjeros afianzados allí, ya sea por negocios, porque han viajado y les gusta el país o porque han encontrado buenas condiciones laborales. Su gastronomía es única.
Venecia es una ciudad evocadora. La meta de todo viajero. El portal de las melosas lunas de miel de novios de toda Europa. Una ciudad entre la tierra y el mar. Un destino que no deja indiferente.
Navegar con botas de agua
Hay dos modos de conocer Venecia: caminar o navegar. Venecia es una de las mejores ciudades para conocer a pie. La ausencia de tránsito rodado hace que los paseos sean tranquilos y placenteros. Basta con calzar unas botas de agua por si sube la marea, especialmente en entre noviembre y enero, y a caminar se ha dicho. Por las aceras que bordean los canales venecianos hay multitud de indicaciones para llegar a los lugares imprescindibles de la ciudad. Aunque lo mejor que le puede pasar al viajero que la visita es perderse por sus barrios. Por eso para conocer Venecia hay que estar dispuesto a andar.
Pero también se puede conocer Venecia navegando. Son centenares las tradicionales góndolas y «vaporetto» (autobuses de línea flotantes) que ofrecen sus servicios a propios y extraños para conocer Venecia desde sus aguas.
Venecia imprescindible
La Plaza de san Marcos es un punto de partida muy adecuado para comenzar una visita por Venecia. Es la estampa más conocida. Con sus dos columnas, símbolo de la ciudad, que son el pórtico de entrada a esta joya de la arquitectura y el arte italianos. San Marcos es en realidad la única plaza de Venecia. Tiene esa distinción. El resto son meros «campo». Lo ideal es amanecer en la plaza. Tomar un café a primera hora de la mañana, cuando aún no han llegado los turistas y la plaza comienza a despertar.
La basílica homónima y el campanario que gobierna la plaza constituyen las visitas imprescindibles de san Marcos. El templo es de estilo bizantino, colaborando con el mosaico de fachadas y estilos que miran al mar.
La confluencia del Gran Canal y el Canal della Giudecca fue el lugar elegido para erigir el Palacio Ducal. Este edificio fue en otro tiempo sede de la república veneciana y prisión. Un edificio gótico que muestra su fachada blanca y rosada como un rostro que se sonroja por las miradas de los visitantes.
El Gran Canal es la arteria principal de Venecia. Cuatro kilómetros de aguas navegables que riegan el entramado de calles adyacentes. A los bordes del canal decenas de góndolas esperan costado contra costado. De ellas las «traghetto» son las que se ocupan de cruzar a los viandantes de una orilla a otra. Servicio muy útil dado que el Gran Canal solo se puede cruzar a pie por tres puentes históricos.
El puente de Rialto es el más antiguo y emblemático de Venecia. Junto al puente están los mercado más importantes de la ciudad. Ciudad que en otro tiempo albergó algunos de los mejores maestros curtidores y perfumistas de toda Italia. Y que hoy día es un museo al aire libre de arte y arquitectura, de sensaciones y emociones.