La Española fue el nombre que recibió esta isla, puerta de entrada al Caribe, que baña en el Atlántico sus magníficas playas a las que dan sombra cocoteros y pone el ritmo la música dominicana. La República Dominicana fue la primera porción del Nuevo Mundo que Colón conoció en 1492. Desde entonces miles de europeos han llegado a sus costas precedidos por las descripciones y experiencias relatadas por quienes ya han estado en este paraíso natural del mar Caribe.
República Dominicana ha fusionado su cultura y tradiciones de todas las fuentes llegadas de Europa y África. Multitud de grupos étnicos que han conformado un país rico en matices; como rica y sabrosa es su gastronomía, abundante en pescados frescos cocinados a la parrilla sin más aliño que el de algunas especias locales. Los cocoteros también encuentran un lugar en la mesa, junto a sabrosos manjares que le dan un toque culinario singular a República Dominicana, donde el arroz y los frijoles aportan el sustento del recetario.
República Dominicana es parte de una isla tranquila y acogedora. Aquí los viajeros encuentran un lugar de descanso y sosiego volcado en atender las exigencias del turismo. Las grandes compañías hoteleras de España y el mundo tienen aquí resorts de lujo donde los viajeros no se tienen que ocupar de nada. República Dominicana hizo famoso el turismo de pulsera en sus grandes complejos hoteleros de varias hectáreas y playas privadas en las que disfrutar del sol del Caribe, comer cuanto se quiera y beber hasta saciar cualquier atisbo de sed. Pero República Dominicana también ofrece opciones de viajes donde la cultura es la protagonista.
Visitar Santo Domingo, capital de la república, es una aventura muy recomendable para conocer la idiosincrasia de la isla. De Santo Domingo se dice que es la ciudad más europea del caribe. Una población colonial de la que aún se conservan edificios construidos por los primeros europeos. Las calles adoquinadas marcan el itinerario por las zonas más populares de la ciudad, donde es fácil encontrar puestos de comida en la calle y buenos restaurantes donde probar todo el abanico de sabores en un completo menú degustación.
Las playas de República Dominicana están bendecidas con una excelente temperatura todo el año, raramente por debajo de 18 grados. Con el pretexto del “todo incluido” se ofrecen multitud de actividades acuáticas, deportes y sobre todo ocasiones para disfrutar de la vida como si no se tuviera nada que hacer el resto de los días.
Punta Cana es uno de los paraísos destinado al turismo con más éxito en República Dominicana. Playas de arena blanca y aguas de un celeste cristalino invitan a pasar las horas tomando el sol o en una tumbona al frescor de un cocotero. Playa Grande también es un destino de calidad ofreciendo algunas de las imágenes más hermosas y fotografiadas del Caribe. Y para los amantes del deporte: un campo de golf entre asombrosos acantilados.