Ofertas de viaje a Fátima,

El año de 1917 supuso una bisagra para este pueblo situado a medio camino entre Lisboa y Oporto. Tres pastorcillos: Lucía, Francisco y Jacinta, tuvieron dos revelaciones, una el 13 de mayo y otra cinco meses después. De aquellas apariciones de la Virgen de Fátima nació lo que hoy en día es uno de los lugares de peregrinación más importantes de la cristiandad. Cinco millones de personas visitan cada año la explanada, la basílica y la capilla de las Apariciones de Fátima, constituyendo un lugar de oración y encuentro con Dios, un santuario en honor a Nuestra Señora.

El santuario de Fátima recibe a los peregrinos y viajeros con dos enormes brazos soportados por 200 columnas. La basílica central se antecede por un altar que preside la enorme plaza. En este templo, cuya imagen aérea se asemeja a la basílica de san Pedro del Vaticano, reposan los restos de los tres niños escogidos por la Virgen de Fátima para revelarle sus secretos. El peregrino que viaja a Fátima encuentra en el santuario un lugar de refugio y oración, un itinerario de fe que puede recalcar recorriendo las 14 estaciones del Vía Crucis alojadas bajo las columnas de la basílica.

En el centro de la plaza del Santuario de Fátima una imagen del Sagrada Corazón de Jesús donada por un anónimo acoge a los viajeros y peregrinos. Antes, la iglesia de la Trinidad con su característica forma circular hace de punto de partida para recorrer la vía del perdón, una senda trazada en la plaza que une a la Trinidad con la capilla de las Apariciones. Es precisamente en esta capilla, reconstruida tras un atentado sufrido en 1922, donde una imagen de la Inmaculada Virgen de Fátima marca el lugar exacto donde estaba la encina en la que se apareció Nuestra Señora.
El Papa Juan Pablo II, devoto de la Virgen de Fátima, visitó el Santuario y colocó en la corona de la imagen situada en la capilla de las Apariciones la bala que intentó quitarle la vida, y que era uno de los Secretos de Fátima. La advocación mariana también sirvió de bandera contra el comunismo; lo que dio lugar a que en el santuario se conserve un trozo del muro de Berlín.