Nuestro precio incluye:
- Vuelo directo con SATA desde Madrid vía Lisboa (Entrada por Sao Miguel y salida por Terceira)
- Vuelos interinsulares Sao Miguel- Horta-Terceira
- 3 Noches de estancia en Hotel Vip Executive 4* o Ponta Delgada 3* en Sao Miguel en régimen de Alojamiento y desayuno
- 2 Noches de estancia en el hotel Azoris Faial Garden 4* o Hotel Horta 4* en AD
- 3 Noches de estancia en el hotel Angra Marina 5* en AD
- Traslados aeropuerto - hotel - aeropuerto en todas las islas
- Tasas de aeropuerto, seguridad y combustible
- Seguro de inclusion con anulacion
PLAZAS LIMITADAS
DÍA 1 ESPAÑA - SAO MIGUEL
Presentación en el aeropuerto dos horas antes de la salida del vuelo (Pasaporte o D.N.I. en vigor). A la hora indicada salida del vuelo destino Sao Miguel (vía Lisboa). Llegada a Sao Miguel, recogida de equipajes y traslado al hotel Vip Executive 4* o Ponta delgada 3*. Llegada al hotel, registro y entrega de habitacines. Resto de día libre para disfrutar de la capital de la isla: Ponta Delgada. Alojamiento en el hotel.
DIA 2 - SAO MIGUEL
Desayuno. Día libre para recorrer la isla a su aire y para realizar excursiones opcionales como la visita al pueblo de Sete Cidades, con sus famosos lagos conectados, uno verde y otro azul, o para realizar una ruta de senderismo por el impactante Lago a do Fogo. Alojamiento.
DIA 3- SAO MIGUEL
Desayuno. Día Libre para realizar alguna excursión opcional, como la visita al pueblo de Furnas para contemplar las numerosas fumarolas volcánicas, su mágico lago y degustar el delicioso "Cozido das Furnas". Alojamiento.
DIA 4- SAO MIGUEL-FAIAL
Desayuno. A la hora indicada presentación en el lobby del hotel y a continuación traslado al aeropuerto para tomar el vuelo con destino a la isla de Faial. Llegada , recogida de equipajes y traslado al hotel Azoris Faial Garden o hotel Horta. Llegada al hotel, registro y entrega de habitaciones. Resto de la tarde libre para disfrutar de la capital de la isla: Horta y de su pintoresco puerto deportivo, punto de encuentro de marineros llegados de todos los rincones del mundo. Alojamiento.
DIA 5- FAIAL
Desayuno. Día libre para realizar alguna excursión opcional, como la visita al Volcán de los Capeinhos, principal atracción de la isla o para disfrutar de una mañana de playa. Alojamiento.
DIA 6- FAIAL-TERCEIRA
Desayuno. A la hora indicada presentación en el lobby del hotel y a continuación traslado al aeropuerto para tomar el vuelo con destino a la isla de Terceira. Llegada, recogida de equipajes y traslado al hotel Angra Marina 5*. Llegada al hotel, registro y entrega de habitaciones. Alojamiento.
DÍA 7 - TERCEIRA
Desayuno. Resto del día libre para disfrutar de la capital de la isla: Angra do Heroísmo, Patrimonio Mundial de la UNESCO. Alojamiento en el hotel Angra Marina 5*.
DIA 8- TERCEIRA
Desayuno. Día libre para recorrer la isla a su aire y para realizar excursiones opcionales como la visita a mirador de Serra do Cume, donde se contempla la panorámica más extensa de toda la isla o para bañarse en las famosas piscinas naturales de Biscoitos, al norte de la isla. Alojamiento en el hotel Angra Marina 5*.
DIA 9- TERCEIRA- MADRID
Desayuno. A la hora indicada presentacion en el lobby del hotel y a continuación traslado al aeropuerto para tomar el vuelo con destino a Madrid (vía Lisboa). Fin de los servicios.
*La información contenida en el mapa es orientativa, pudiendo el organizador del viaje cambiarla según la necesidad.
Ciudades de alojamiento previsto.
Terceira
Sanfermines en las Azores
Terceira bien podría ser sinónimo de fiesta. Cualquier fecha es propicia para celebrar algún acontecimiento y poner la música por bandera en esta pintoresca isla agraciada por el clima. Aquí siempre luce el sol, lo que parece despertar el interés de sus habitantes por los festejos populares de todo tipo. Uno de los más curiosos es muy similar a los encierros de San Fermín en Pamplona.
En la isla el santo torero es san Juan Bautista. En torno a su onomástica, a finales de junio, y en los meses anteriores y posteriores, Terceira se viste de luces. Hasta 220 touradas acogen las calles y plazas de las localidades isleñas. Desde los campos, donde los ganaderos crían las reses, se trasladan los astados a los pueblos y ciudades. Cuyas calles corren los toros atados con cuerdas a los cuernos para mantenerlos en los recorridos. Una ocasión para disfrutar de unos sanfermines diferentes en la isla pintada de verde y malva.
La bodega isleña
En las lenguas de lava solidificada que discurren por las laderas del apagado volcán creador de la isla, surgen por doquier viñedos de excelentes caldos aportando una fama singular a las bodegas de Terceira. Los currais, como se les conoce a los campos de lava, crean oquedades y cavernas donde se resguardan las cepas de generosos vinos.
Biscoitos es la población donde se asientan la mayoría de las bodegas. Allí el Museu do Vinho, junto a la iglesia, descubre los secretos de esta tradición agrícola y permite probar sus exquisitos caldos. Una buena opción antes de pasar la tarde disfrutando del sol y el clima de la Azores en sus piscinas naturales o visitando los impresionantes acantilados de lava de Ponta do Mistério.
Pico
¡Ballena a la vista!
Las aguas de las Islas Azores han sido desde antaño un santuario para las ballenas. Sus lomos y colas surgen de la superficie azul del Atlántico mostrando la majestuosidad de estos grandes mamíferos marinos. Todos los días desde hace siglos, varias embarcaciones salen a su búsqueda y captura desde el puerto de Lajes do Pico. Pero ahora no vienen cargadas con los cuerpos de los preciados cetáceos, sino de turistas, cámara en ristre, ávidos por obtener la mejor instantánea de los gigantes del mar.
Las torres vigías distribuidas por la costa eran los lugares desde los que se hacían detonar los cañones que avisaban a los marineros de la presencia de las ballenas. Hoy un museo bien avenido en Cais do Pico muestra aquel estilo de vida y una gran colección de scrimshaws, dientes de ballena tallados. Una visita previa a la caza visual que ofrecen varias empresas en la localidad. Solo hay que ataviarse con una buena cámara y esperar paciente la voz del patrón que anuncia la presencia de las ballenas.
De la tierra el vino
Los colonos que llegaron a la isla en el siglo XVI no podrían creerse que en estas fechas estas tierras yermas produjeran uno de los mejores vinos de Portugal. La piedra pómez, vomitada por el volcán, sirve en Pico tanto para la construcción de las viviendas como para proteger los viñedos de los envistes del viento.
El verdelho es la variedad propia de la isla, valiéndose la protección de la UNESCO. Las cepas bajas extraen los escasos nutrientes del suelo y aprovecha el calor que desprende la tierra, para dar una uva blanca con la que se elabora el exquisito caldo. Un manjar líquido ideal para acompañar los quesos fabricados en la mitad este de Pico.
Fayal
¿Dónde está Peter?
No lo busques por el nombre. El letrero de la cafetería más popular de Horta anuncia Café Sport. Una taberna marinera situada en la Rua Tenente Valadim constituye la visita ineludible de todo visitante de Faial. Pero no pregunte por Peter. Su dueño se llamaba José Azevedo. Un marino de la flota de Su Majestad tomó confianza con el tabernero y le pidió que le dejara llamarlo como a su hijo, Peter. El tabernero hacía de lazo entre la isla y el continente en un momento en que no había servicio postal en las Azores. Así que cualquiera que quisiera hacer llegar un mensaje a su familia durante el tiempo de embarque debía de acudir al bar.
Hoy el café guarda cuidadosamente el espíritu de antaño. Peter no está, pero hay una importante colección de scrimshaws, junto a grabados y retratos de los grandes personajes que se han tomado un trago en la barra, incluido Jack Cousteau. En las mesas es fácil encontrar a antiguos marinos, cazadores de ballenas hasta hace unos años, que por una ronda cuentan fantásticas historias y anécdotas. Quizás en ellas se inspiró el autor de Moby Dick, que recrea la localidad de Horta en su escrito.
¡A la caldera!
El gobernador de la isla es el volcán Caldeira. Las hortensias azules, características de la isla, custodian el camino que lleva hasta el cráter del volcán. Una oquedad de 400 metros a la que se puede bajar con total tranquilidad, puesto que el gigante lleva más de cuatro siglos dormido. En la llanura que sirve de tapón al cráter se puede contemplar el pluvisilva, un bosque original de la isla. La exuberante vegetación abunda por doquier beneficiada por la climatología propia del archipiélago, valiosa aliada de los agricultores isleños.
São Miguel
Cocido volcánico
El volcán más oriental de la isla de São Miguel cuenta con varias fumarolas que alivian el vapor calentado bajo tierra. Mientras se sube hasta el lago que hace de tapadera del cráter sorprende este espectáculo de la naturaleza que aquí no solo sirve para atraer a turistas.
En la ladera del volcán, en la cara de levante se encuentra el pueblo homónimo a la mole que hizo creer la isla. En Furnas los vecinos hacen agujeros en el suelo buscando el calor desprendido por la tierra, ponen la cazuela con los ingredientes de las huertas aledañas y tras varias horas degustan uno de los platos más populares de las Azores, el cocido.
En el restaurante O Miroma siguen haciendo el cocido como manda la tradición, con el calor de la tierra. Reservando con antelación y acudiendo pronto, se puede ver y luego probar este exquisito plato cocinado como si no existiera el tiempo, con parsimonia y paciencia.
Estilo manuelino
La arquitectura de Portugal supo superar la barrera del mar para llegar hasta las Islas Azores. São Miguel, la capital cultural del archipiélago, se bañó de la influencia peninsular y tomó para sí el estilo manuelino propio de las construcciones de tierra firme.
Si en Lisboa los ejemplos es este estilo son la Torre de Belem y el Monasterio de los Jerónimos, en Ponta Delgada, hecha a imagen de Lisboa, no podían faltar sus propios ejemplos. La Iglesia de Matriz, tras el arco que rememora al de la Plaza del Comercio lisboeta, es una de las joyas isleñas del estilo manuelino. Las piedras con las que se construyó la fachada se trajeron expresamente del continente, destacando su color blanco con las construcciones negras propias de la piedra volcánica.
Valoración media de los viajeros
10
Excelente
Basada en 1 viajero
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General
10,0
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Destino
10,0
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Calidad / precio
10,0
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Transportes
10,0
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Traslados
10,0
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Joan Nancy Wilson Law
24/11/2015
10,0
En Pareja
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General
10,0
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Destino
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Calidad / precio
10,0
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Transportes
10,0
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Traslados
10,0
Paquete:
(A) - Combinado Sao Miguel, Terceira y Fayal
Un viaje fabuloso
Disfrutamos mucho de nuestro viaje a las Azores. Nos gustó la vegetación tan verde, siempre tan fresca y tan variada. Aprendimos mucho sobre la historia y la cultura de las islas (visitamos Terceira, Faial, Pico, en barco por nuestra cuenta, y Sao Miguel). Comimos bien y barato, en general no encontramos la vida cara. Incluso nos pudimos permitir conocer las islas en taxi. Tuvimos suerte con el tiempo, no hacía demasiado frío y tampoco tuvimos que cambiar nuestros planes por las frecuentes lluvias.
Islas Azores
Las Islas Azores son famosas por tener de sombrero un anticiclón en cualquier época del año y por ser un santuario de ballenas. De hecho, fue en las aguas de estas islas portuguesas donde en las que se inspiró Herman Melville para crear su novela «Moby Dick». Un archipiélago marcado por los envistes del Atlántico y una climatología única, que ha dado lugar a parajes de exuberante naturaleza y a un peculiar estilo de vida.
La caza de las ballenas llenó las arcas de las poblaciones marineras de las Azores. Hoy en día los arpones se cambian por cámaras y los rudos marineros por turistas. Pero pocos hacen una fotografía a la primera ballena que ven surgir de las aguas con la parsimonia propia de estos grandes mamíferos. Por lo general su presencia acalla el ambiente y emboba a los tripulantes de las embarcaciones a las que se acercan los cachalotes. En tierra, los marineros rememoran en las tabernas peligrosas anécdotas y enseñan sus trofeos de dientes de ballena.
Lejos del mar, a cientos de metros de altura, los volcanes que contribuyeron a formar este archipiélago amante de los anticiclones, duermen el sueño tranquilo del trabajo bien hecho. La naturaleza virgen en la mayor parte de las islas muestra extraordinarios paisajes dominados por el verde y los colores malva y azul de las hortensias. El cielo anticiclónico baña de sol por doquier, ofreciendo imágenes propias del paraíso.
Los pequeños pueblos y contenidas ciudades guardan en su haber el espíritu marinero y colonial de sus fundaciones. Palacetes de piedra negra y pintorescas casas de pescadores, son el refugio de propios y extraños en las horas centrales del día, cuando el sol se deja notar en estas tierras mimadas por el clima. Un vergel a unas horas de la península.
Terceira
Terceira es conocida como la isla malva, por la exuberancia de las hortensias que plagan los campos y los aledaños de las carreteras que recorren su hermosa oleografía. Praia de Vitória es la puerta de entrada a la tercera isla descubierta del archipiélago de las Azores, de ahí su nombre. A su bahía arriban los barcos procedentes de las islas vecinas y su aeropuerto es pista de aterrizaje para los aviones procedentes del continente, además de ser el lugar de la famosa foto previa a la guerra de Irak. Aunque lo interesante de la población se encuentra recorriendo sus calles adoquinadas a las que dan sombra pintorescas construcciones locales. El mercado de abastos y la iglesia del Senhor Santo Cristo, con sus retablos flamencos, son las visitas imprescindibles de su vistoso casco antiguo, antes de tomar el camino a la capital de la isla.
Angra do Heroísmo ostenta la capitalidad de Terceira. El nombre de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por su cuidado urbanismo colonial renacentista, proviene de la voz portuguesa «bahía». La de Angra está dominada por el monte Brasil, desde cuyo mirador se obtienen magníficas vistas de las isla y vigilan, propios y extraños, a la espera de ver el lomo plateado de alguna ballena al pasar cerca de la costa. El entramado de calles y casas se corresponde a la planificación del siglo XVI, sorprendentemente conservado aún hoy, ofreciendo un recorrido que transporta a otro tiempo. Al tiempo en que desembarcaban en su puerto los galeones con las riquezas del Nuevo Mundo.
Pero no se puede decir que se conoce Terceira si no se ha visitado su interior. En el cráter del apagado volcán Guilherme Moniz se encuentra Algar do Carvao, una profunda y sorprende cueva, testimonio del origen volcánico de la isla.
Fayal
A medio camino entre el Nuevo y el Viejo Continente, las Azores han sido durante siglos lugar de descanso de los aventureros que regresaban de América. Los barcos cargados de riquezas dejaron parte de sus botines en la isla de Faial, haciendo de Horta, su capital, una ciudad cosmopolita, crisol de culturas y alojamiento de personalidades de toda índole.
El volcán situado en el centro de la isla, que le ha dado su peculiar forma, es un atractivo lugar de visita. Sus laderas suaves llevan hasta una cima a dos mil metros de altura, dando vista a un enorme cráter. Las faldas, aparte de hortensias azules merecedoras del apodo de la isla, la azul, cuentan con varias chimeneas apagadas de volcanes menores. Ofreciendo un pintoresco lienzo de colores y vida, de naturaleza en calma.
Horta es la capital de la isla. Su puerto, en otro tiempo escala ineludible de los buques que cruzaban el Atlántico, es hoy famoso por la dársena dedicada a la náutica recreativa. Yates y veleros de todas las esloras se mecen al querer de la marea y el viento luciendo sus mejores galas a los transeúntes del paseo marítimo. Basta preguntar a cualquier lugareño para que indique qué pared del puerto es en la plasmaron sus firmas los valientes marineros que se hacían a la mar tiempo ha. Hoy no queda ni un hueco libre en este peculiar libro de embarque.
Pero no hay lugar a entretenerse demasiado contemplando el mar. Horta y Faial tienen mucho que ofrecer tierra adentro. El Museo de Arte Sacro y el de Horta dan testimonio de los personajes que han puesto sus pies en la isla. Obras de gran valor cuelgan en las pinacotecas, rivalizando con la belleza de la isla, concretada en bosques y parajes de extraordinaria belleza.
São Miguel
São Miguel está considerada como la más hermosa de las Islas Azores. Una extensión de tierra alargada y dominada por un trío de volcanes cuyos cráteres ofrecen espectaculares lagos de tonos verdes y azules.
Al menos la mitad de la población de las Azores se encuentra en São Miguel, favorecida por sus conexiones directas con Lisboa y otras ciudades de europeas. La isla verde, como la gustan en llamar sus habitantes exporta gran parte de su producción de frutas y hortalizas, principal actividad económica de la isla que marca la gastronomía local.
Tres volcanes custodian la isla cuales tres reyes con coronas. Sus cráteres, hoy, son enormes piscinas, lagos naturales situados a varios centenares de metros de altura rodeados de verdes laderas y frondosas hortensias que crecen por doquier. El más interesante de los tres volcanes es el situado cerca del extremo oeste de São Miguel. La carretera EN9-1A sube hasta la intermediación de dos enormes lagos, verde uno y azul el otro, ofreciendo un mirador desde el punto más alto con la fotografía que atestigua la presencia en la isla. Sin menoscabo de los lagos do Fogo y das Fumas. En el último es muy probable encontrarse con fumarolas de vapor surgentes de chimeneas de los entornos.
São Miguel parece querer imitar los paisajes de otras tierras, con enclaves naturales que recuerdan a los Alpes, acantilados de gigantes o selvas tropicales. La capital, Ponta Delgada, por contra, lucha por mantener su estado de ciudad administrativa y epicentro de la cultura de las Azores. En la zona antigua de la ciudad, los palacios y casas solariegas recuerdan a la época de la colonización, en la que nobles y artistas relegaban de la península tras las nuevas tierras. Una ciudad hecha a imagen y semejanza de la capital lusa.
Para ver la información detallada de los puntos y horarios de salida debe seleccionar la zona desde donde desea salir.