Mi experiencia del mes de julio con el circuito es muy satisfactoria, al igual que lo fue el año anterior. No obstante, deseo compartir un malestar importante. Como en el apartado de los GUÍAS no existe un espacio para un comentario, lo realizo en el presente. Agradecido y acogido al derecho que me brinda Europamundo para externar mi opinión, y con base en mi experiencia de viajero de muchísimos años, manifiesto mi inconformidad por la actitud mostrada por el guía señor Miguel Ángel Fernández Palacios durante el circuito en Viena.
Es cierto que toda la información acerca de las horas de salida desde los diferentes hoteles está escrita en el itinerario de la Aplicación de Europamundo de cada pasajero.
No obstante, los guías siempre brindan la información la noche anterior a la salida del circuito, en los lobbys de los hoteles, por si se realiza algún cambio de horario, aunque es algo que en pocas ocasiones sucede. Dicho procedimiento además de tener razones de orden y control también es una fórmula de cortesía. El señor Fernández Palacios falló notoriamente en este aspecto.
Además, el día del inicio del circuito por Viena, yo tuve que indagar con otros pasajeros que se encontraban esperando el autobús en la acera, quién era el guía o la guía. Algunos no tenían conocimiento. Otros sí, los que habían viajado con él el día anterior. Me acerqué al señor Fernández y le pregunté si era el guía, asintió y me indicó que me subiera al autobús.
Europamundo posee una logística admirable, que estructura circuitos muy dinámicos que se acoplan. No son los mismos pasajeros los que continúan todos los trayectos, hay quienes concluyen en una ciudad y hay otros que se integran.
Es un procedimiento que conozco muy bien porque ya viajé con esta Empresa, y deduzco que es por ese mecanismo que una pieza de puzzle resulte su logotipo. No es fácil encajar las piezas, pero Europamundo lo hace MUY BIEN.
Por tal razón, un guía debe presentarse ante los los pasajeros cada vez que se integran nuevos, además de tener un control y conocimiento de las personas que se suben en los autobuses. Pasar lista y conocer los nombres es un detalle que da muy buena imagen a la Empresa. Un pasajero es algo más que un número que completa la cantidad de clientes que deben estar dentro de un autobús.
Yo pude haber sido una persona extraña, ajena a la excursión, y me subí al autobús sin el más mínimo control. Si bien es cierto a la hora de contar los pasajeros se habría descubierto una persona de más, reitero que un pasajero es algo más que un número para completar una cantidad. La actitud indiferente del señor Fernández demostró poco o nada de interés por su labor, e irrespeto.
Los guías locales son los encargados de brindar la información en cada destino. Pero en los largos trayectos entre ciudades no es bien visto que el guía de Europamundo diga que le falló la memoria y se le han olvidado ciertos aspectos del lugar, por más que lo diga en tono jocoso. Nueva falta, hasta de respeto también.
El guía es el rostro de la Empresa, y ese detalle debe cuidarse estrictamente. Debe ser un guía y no un acompañante nada más.
Es imposible “quedar bien” con todas las personas; pero en este caso en particular mi insatisfacción con el señor es por algo verídico. Algunos de los compañeros de viaje compartimos la misma opinión y acordamos manifestarnos al respecto.
Como sucede muchas veces, una vez regresados a los países de origen y con la satisfacción global con el viaje, se incumplen los acuerdos. Yo sí manifiesto mi inconformidad con el señor Fernández, aunque otros pasajeros ya no lo hagan por pereza, por olvido, desinterés o pobre autoestima con renuncia a sus derechos como cliente. Cumplo con lo acordado.
En mis experiencias anteriores con Europamundo la calidad de los guías ha sido superlativa. En mi reciente experiencia del mes pasado todos los demás guías cumplieron sobremanera las expectativas; de ahí que resulte más evidente la diferencia con el señor mencionado. Sus colegas lo superaron con creces.
La responsabilidad, el control, el orden y la cortesía son fundamentales en cualquier empresa que atienda público de manera directa.
No es bueno que estas situaciones se presenten, sobre todo en un Grupo famoso, de alto prestigio, larga trayectoria y amplio campo de trabajo como es Europamundo.
Con todo respeto sugiero que se revise con precisión el personal que los representa ante los clientes. A pesar de mi inconformidad y mi observación, no tengo duda en continuar viajando con Europamundo. Lo que denuncio es una situación totalmente corregible.