París, un nombre tan pequeño para una ciudad tan grande. No importa cuantas veces se haya visitado París, siempre hay algo por descubrir. París es una ciudad de película que engatusa y enamora. Una ciudad que se puede disfrutar tanto de día como de noche. Una ciudad que nunca cansa al visitante.
Siempre hay una primera vez
Descubrir parís por primera vez es un rito iniciático que se puede comenzar en muchos lugares de la ciudad. Pero probablemente lo mejor sea comenzar por sus orígenes. Por la Ile de la Cité. La isla que el Sena atrapa y defiende como un cinturón de castidad guarda la virginidad de una moza. Es el escenario idóneo para comenzar a conocer la «ciudad del amor».
En París no hay que tener prisas. Lo mejor es escoger una de las cafeterías que surgen en torno a la Catedral de Notre Dame y dejarse acompañar por un sabroso crepe. Esta es una costumbre muy extendida entre los parisinos. Las sillas de las terrazas no se colocan enfrentadas, sino mirando a la calle. Lo que deja entrever la idiosincrasia de París. En la isla los sauces acarician el Sena mientras los barcos cargados de turistas recorren la columna vertebral de la ciudad. La Catedral y la Sainte Chapelle son las dos joyas religiosas de la isla. Junto a esta la Isla de san Luís también alberga sus propias joyas.
París no se puede acaparar de una vez. Hay que disfrutar cada detalle. Pararse en los puestos de libros de segunda mano que flanquean al Sena. Recrearse con los artistas locales que surgen por las calles más turísticas. Contemplar la magnificencia de sus parques, avenidas y museos.
Londres es uno de los destinos turísticos más importantes de Europa y de todo el mundo. En esta ciudad se puede encontrar todo un crisol de culturas diferentes provenientes de los lugares más recónditos del planeta. Se puede diferenciar entre la zona central de Londres, que es la más turística y de mayor interés para el viajero, y la zona "periférica" (que en realidad abarca la mayor extensión de la ciudad). Esta última zona es eminentemente residencial. Al contrario que en España, en la que las ciudades se organizan de forma más modular (cada zona tiene un centro de salud, sus escuelas, sus bares, sus tiendas, etc.), en Londres, al igual que en casi todo Reino Unido, suele existir un centro urbano más comercial y funcional y lo demás suelen ser zonas residenciales en las que para un español resulta siempre extraño no encontrar nada más que casas.