ITINERARIO DETALLADO:
Día 1.- Costa del sol u otros puntos–Tánger–Assilah-Tánger (290 km) (CENA)
Salida desde la Costa del Sol para embarcar rumbo a Tánger cruzando el Estrecho de Gibraltar. Llegada a Marruecos y tour panorámico guiado para conocer los alrededores de Tánger, Grutas de Hércules (entrada 6€/ pax, opcional) y Cabo Espartel. Continuación hacia Assilah, donde se dará tiempo libre para comer y pasear por nuestra cuenta. Sus blancas callejuelas, murales artísticos pintados en las paredes y su tranquilidad harán del paseo hasta el mirador de Kri-kia un rato agradable. Este lugar es muy famoso para disfrutar del atardecer en familia. Regreso a Tánger para la cena y alojamiento en el hotel.
Día 2.-Tánger-Tetuán-Chefchaouen (130 km) (MP)
Después del desayuno visitaremos la ciudad de Tetuán, “la paloma blanca”. Después de la Reconquista, Tetuánsirvió de contacto principal entre Marruecos y Andalucía, se puede apreciar en su arquitectura prácticamente intacta. Visitaremos lugares de interés como la plaza Moulay El Mehdi y el Ensanche español, la plaza Hassan II donde se encuentra el Palacio Real. Y continuaremos por la Luneta y la Judería para finalizar en su medina, patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hasta acabar en Bab Okla. Continuamos la jornada hacia Chaouen o Chefchaouen, uno de los pueblos más lindos de Marruecos. A la llegada pasearemos por sus callejuelas encaladas de azul, sus rincones e historia hasta llegar a la plaza Outta El Hammam, donde dispondremos de tiempo libre. Este pueblo fue fundado en 1471 para protegerse de la invasión de los portugueses, hasta que moriscos y judíos se instalaron después de la Reconquista Española en tiempo medievales. Fue durante el protectorado español cuando la armada española definitivamente ocupó la ciudad hasta que el norte de Marruecos se independizó allá por el 1958. Resto de la tarde libre, cena y alojamiento en el hotel.
Día 3 Chefchaouen-Tánger–Costa del Sol u otros puntos (310 km) (DESAYUNO)
Desayuno y salida hacia el puerto de Tánger para regresar a España. A la llegada al puerto, asistencia de nuestro personal y traslado a la Costa del Sol. Fin de los servicios.
Una experiencia completamente diferente a la que se propone en este circuito es la de un viajero que realizó una escapada similar de tres días. Su viaje, aunque breve, estuvo lleno de sorpresas y descubrimientos únicos que lo llevaron a explorar aspectos de la región que a menudo pasan desapercibidos.
Cuando pensamos en Marruecos, a menudo nos vienen a la mente paisajes desérticos, mercados vibrantes y una cultura rica y diversa. Sin embargo, hay una joya escondida en la región de Rif que merece ser explorada: Tánger y sus encantadoras ciudades vecinas. Esta escapada de tres días es la oportunidad perfecta para sumergirse en la historia, la gastronomía y la belleza cultural de esta parte del mundo.
La Importancia de Rif
Rif, una región montañosa del norte de Marruecos, es un crisol de culturas que refleja la herencia árabe, bereber y andaluza. Su ubicación estratégica, justo en el paso entre Europa y África, ha hecho de Tánger un puerto esencial a lo largo de los siglos. Desde su papel como punto de encuentro para comerciantes hasta ser un refugio para artistas y escritores, Tánger es un lugar donde la historia se siente viva en cada rincón.
La región de Rif no solo es conocida por su belleza natural, sino también por su riqueza cultural. La influencia andaluza es palpable en la arquitectura y la gastronomía, mientras que los restos de la colonización española han dejado una huella indeleble en la identidad de Tánger y sus alrededores. En este blog, quiero compartir con ustedes mi experiencia en esta escapada, donde cada momento fue una celebración de la cultura histórica, la gastronomía y los monumentos que hacen de esta región un destino único.
De la Costa del Sol a Tánger
El viaje comienza en la Costa del Sol, donde la emoción ya se siente en el aire. Al cruzar el Estrecho de Gibraltar, la vista del océano y las montañas de Marruecos me llenaron de anticipación. Al llegar a Tánger, un tour panorámico guiado nos esperaba, llevándonos a las Grutas de Hércules, un lugar lleno de leyendas. La entrada es opcional, pero no puedo recomendarlo lo suficiente; las vistas son impresionantes. Desde la gruta, se puede ver cómo el Atlántico se encuentra con el Mediterráneo, un espectáculo que deja sin aliento.
Continuamos hacia Cabo Espartel, donde el faro se erige majestuosamente, marcando el punto más al norte de África. La brisa marina y el sonido de las olas son el telón de fondo perfecto mientras reflexionamos sobre la historia de este lugar. Tras un día lleno de exploración, regresamos a Tánger para disfrutar de una cena tradicional marroquí. El cuscús y el tajín, con sus especias aromáticas, son un verdadero deleite.
Tetuán y Chefchaouen
Después de un nutritivo desayuno, nos dirigimos a Tetuán, conocida como "la paloma blanca". Esta ciudad es un testimonio viviente de la historia, con su medina reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Al caminar por las calles de Tetuán, me sentí transportado a otra época. La arquitectura andaluza, con sus azulejos y balcones de madera, cuenta historias de un pasado glorioso.
La plaza Moulay El Mehdi y la Judería son paradas obligatorias. La plaza Hassan II, donde se encuentra el Palacio Real, es un lugar de encuentro vibrante, lleno de vida y colores. Cada rincón de Tetuán parece tener una historia que contar, y los aromas de la comida local se mezclan con el sonido de las risas de los habitantes.
Luego, partimos hacia Chefchaouen, el famoso pueblo azul. Al llegar, quedé maravillado por las calles pintadas de diferentes tonos de azul, que crean una atmósfera de ensueño. Este pueblo fue fundado en 1471, y su historia está impregnada de influencias moriscas y judías. Pasear por las callejuelas encaladas es un deleite para los sentidos; cada esquina revela una obra de arte, con murales y artesanías locales.
La plaza Outta El Hammam es el corazón de Chefchaouen, donde disfruté de un té de menta en un café mientras admiraba la vida local. La tranquilidad de este lugar es contagiosa, y es un excelente sitio para reflexionar sobre el viaje y la cultura que me rodea.
De Regreso a Tánger
Después de un desayuno en Chefchaouen, emprendemos el camino de regreso a Tánger. En el trayecto, las montañas del Rif y los paisajes verdes me recordaron la belleza natural que rodea esta región. Al llegar a Tánger, aproveché el tiempo libre para explorar más a fondo la ciudad. Visité el zoco, donde el bullicio del mercado y los colores de las especias creaban un ambiente vibrante. Aquí, compré algunos recuerdos y probé dulces locales como la pastela, una delicia que combina sabores dulces y salados.
Antes de embarcarme de regreso a la Costa del Sol, cené en un restaurante local, donde el pescado fresco es la estrella del menú. La gastronomía de la región es un reflejo de su diversidad cultural, y cada bocado es una celebración de sabores.
Conclusión
Esta escapada de tres días a Tánger y las ciudades cercanas es solo una pequeña muestra de lo que la región de Rif tiene para ofrecer. La riqueza cultural, la historia fascinante y la deliciosa gastronomía hacen de este destino un lugar que cada viajero debería visitar al menos una vez en la vida. La conexión entre Europa y África se siente en cada paso, y la amabilidad de sus habitantes hace que uno se sienta como en casa.
Si estás buscando una escapada que combine historia, cultura y paisajes impresionantes, no busques más. Rif te espera con los brazos abiertos, listo para mostrarte su magia. ¡No te lo pierdas!