Circuito Bus Berlín, Praga y Viena 7 días.

El recorrer de sus calles, se convierte en un verdadero lujo para los sentidos. Comienza en Berlin y finaliza en Viena.

Circuito Berlín, Praga y Viena +i

Circuito Bus Berlín, Praga y Viena de 7 días de viaje.

Circuito en bus por Berlín, Praga y Viena, un completo circuito donde podrás disfrutar de la gastronomía y cultura de estas regiones Europeas.

DESTACAMOS:

Visitas: Berlin, Dresde, Praga, Bratislava, Viena.

Entradas: Museo del Muro y Memorial del Holocausto en Berlín, Castillo de Praga.

Piensas en viajar por Europa, ven te llevamos!

Comienza en Berlin y finaliza en Viena.

  • traslado llegada incluido
  • Duración:7 dias
  • Alojamiento:Viena, Brno, Praga, Berlin
  • Visitas:Dresde, Bratislava

Desde 851€ 808

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Referencia de la oferta: 1209

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*La información contenida en el mapa es orientativa, pudiendo el organizador del viaje cambiarla según la necesidad.

hotelCiudades de alojamiento previsto.
fotoCiudades con visitas previstas

Arte al aire libre

El Muro se convirtió en un logotipo de la ciudad pero también las pinturas que lo decoran. El mundo del graffiti en Berlín ocupa desde puertas de garajes hasta grandes fachadas de edificios, y los berlineses están orgullosos de ello. De hecho, el graffiti que representa el beso entre el exjefe de Estado de la Unión Soviética y el Presidente de la República Democrática Alemana es el segundo lugar más visitado de Berlín. Si se dispone de tiempo es aconsejable apuntarse a alguna de las rutas que recorren las obras más impresionantes de este arte, algunas de ellas protegidas por la Administración.

Hamburguesas itinerantes

Una de las modas gastronómicas que imperan en Berlín es comer hamburguesas en los puestos callejeros. Los grandes restauradores le han visto el filón. Paseando por las calles de la ciudad es posible probar deliciosas hamburguesas, receta de algún prestigioso chef, que se ofrecen en puestos ambulantes con gran acogida por propios y extraños. Una manera original de tomar un tentempié y disfrutar de la gastronomía berlinesa.

Atardecer sobre el río Moldava

Después de un día de paseos por entre los magníficos tesoros de Praga, cuesta volver a sorprender, pero es posible. Cuando el sol comienza a declinar es el momento de subir en funicular al Monasterio de Strahov, sobre la colina de Petrin. El conjunto sagrado es una de las visitas imprescindibles, entre cuyos tesoros hay una biblioteca ingente en la que se custodian numerosos incunables. Pero lo más impresionante es ver el atardecer y como los edificios y torres se tornan de color ocre mientras despiden al sol. Una réplica de la torre Eiffel de París acompaña y ofrece las mejores vistas sobre la ciudad.

Comer con cerveza

La cerveza es uno de los manjares de la capital checa. En la Ciudad Nueva, entre músicos y pintores, aparecen tabernas en las que elaboran sus propias cervezas. La cervecería y museo “U Flecku” es una de más antiguas, elaboran el preciado líquido desde el siglo XV. La cerveza praguense es uno de los mejores aliados para disfrutar de los sabrosos y abundantes platos checos, entre los que destacan las parrilladas de carne, la sopa de cebolla, el cerdo con col y las salchichas.

La Fiesta de la Isla del Danubio

A finales de junio se celebra el Donauinselfest. Cuenta con varios escenarios donde se hacen representaciones teatrales y musicales. Además de ser la mejor muestra de la gastronomía austriaca, con más de 250 puestos ofreciendo especialidades culinarias. La franja de isla artificial alberga todo el año espectáculos y zonas de ocio, así como actividades deportivas y culturales muy variadas. Un buen lugar para conocer la idiosincrasia de los vieneses.

Un café en Viena

En Viena hay muchos lugares para tomar café y probar su deliciosa repostería. Estos establecimientos siempre han sido muy valorados por los austriacos y en ellos era posible encontrarse con grandes personajes de las letras y la cultura. En cualquiera se puede degustar la deliciosa tarta Sacher, pastas y bombones dejándose acompañar por un café «kaiser melange» con yema de huevo, coñac y un toque de miel.

  • Veronica Katerine

    01/08/2024

    En el hotel de Berlin se activo la alarma de incendios, los bomberos llegaron como a la hora, nadie se preocupo por salvar a todos los huespedes, con mi hermana bajamos por las escaleras de emergencia y las puertas de salida del edificio no se abrian desde el interior. Nunca nos explicaron que paso. El personal del hotel muy despota.

  • Jenny Dolores

    29/07/2024

    Todo super bien organizado, el tour fue completamente en espanol. los guias son amables.

  • Samuel Augusto

    11/07/2024

    En sentido general un grandioso viaje. Con varias excepciones. La empresa nos obligó a tomar un bus público de Praga a Bratislava, con mi oposición, este chofer se desplazó 4 horas y 50 minutos sin paradas para ir al baño, etc. Después de 31/2 horas se detuvo a dejar pasajeros y debimos ir al baño mi pareja y yo y el autobús nos abandonó, llevándose maletas, documentos y pasaportes. Gracias a la intervención de los guías Willian y Susana pudimos recuperarla, no sin antes tener que comprar un ticket por cuenta propia en Bornou para llegar a Bratislava, donde perdimos también la visita por la ciudad. Que conste, yo hacia objetado por email y en TURINTER ese cambio. Tampoco nos esperó el transferista en Budapest, en la estación del tren. Gracias al seguimiento continuo de la Srta. Martha, la oficial de TURINTER pudimos sortear varias situaciones con los transferistas.

  • Ana Maria

    11/08/2023

    Bratislava muy poco tiempo y la visita panorámica a Viena, también. No se pudo conocer los alrededores del Castillo al que fuimos.

  • Giuliana Maria

    29/09/2022

    Felicito solo a dos guías Thierry y Glauco por su excelentes guías y calidad en el trato Europa mundo buena información bisa y hoteles Lo que si debe de tomar en cuenta NO dejar. A sus pasajeros varados en la ciudad una vez terminando el tour ya que no se conoce la ciudad y no sabemos qué Metro o tranvía tomar ya q el idioma no favorece ya sea Aleman o Checo , deben de considerar en q el bus nos de hasta una hora de estar libres y de ahí nos lleve al hotel Es lo q No me gusto de Europamundo

  • Ivonnet Roquina

    29/09/2022

    Felicito solo a dos guías a Thierry y Glauco muy sobresalientes Europamundo organización , puntualidad , hoteles, bus muy Buenos , lo único es que No los deben de dejar varados en la ciudad una vez terminando el tour ya w ni sabemos cómo regresar al hotel por no conocer los idiomas Aleman y checo Es muy importante ser ello

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Al igual que otras muchas ciudades europeas, Berlín nació junto a un río hace casi 800 años. Su imagen actual es el resultado de una pasado con menos claros que oscuros con el que los berlineses son críticos y aceptan como parte de lo que son. La capital alemana hoy en día es una ciudad cosmopolita donde abunda la cultura. Los conciertos, teatros y conferencias son la tónica general en una metrópoli con más de cien teatros y una oferta cultural para todos los gustos. Una ciudad ideal para recorrer a pie, bicicleta o autobús mientras se conocen siglos de convulsa historia y se disfruta de la idiosincrasia alemana.

Un paseo de la mano del Spree

El Spree es el río que cruza la ciudad y en cuya orilla se asienta el núcleo fundacional. Un paseo por Berlín bien puede empezar por el parlamento, Reichstag. Edificio del que destaca su cúpula de cristal, desde la que se pueden ver las sesiones plenarias. Una idea del arquitecto Norman Foster. El parlamento se enmarca en el Tiergarten, un antiguo coto de caza de reyes que hoy día es un importante pulmón de la ciudad alemana, además de un punto de encuentro de los berlineses con ellos mismos y con la cultura, gracias a la abundancia de teatros y museos.

Al casco antiguo se accede por la Puerta de Brandenburgo. De ella destaca la colosal escultura de la diosa de la Victoria sobre una cuadriga de impetuosos caballos. En la plaza, una hilera de adoquines marca el lugar que en otro tiempo ocupó el Muro de Berlín. Los pocos retazos que quedan del «muro de la vergüenza» son hoy reliquias y testimonio del pasado. Una memoria que se puede comprender mejor visitando el Memorial y Museo del Muro de Berlín.

Atravesando los arcos se accede a la avenida Unter den Linden, «Bajo los Tilos». Un museo de arquitectura cuyas obras son los edificios emblemáticos que ocupan las embajadas, administración pública, Academia de arte, lujosos hoteles... Al final de la avenida espera la Isla de los museos. Un enclave comunicado por bellos puentes en los que se conservan algunos de los mayores tesoros egipcios y romanos.

La orilla opuesta guarece al casco medieval de Berlín y da paso a los barrios más modernos de la capital. La plaza Alexanderplatz es una muestra del nuevo Berlín. Una plaza cosmopolita donde hay representación de multitud de firmas de moda y el mejor mirador para ver Berlín desde el cielo. La torre de comunicaciones, con sus 368 metros de altura, muestra una interesante estampa.

Sobre Praga

Decía Kafka, uno de los ilustres hijos de la capital checa, que Praga lo tenía en sus garras y no lo dejaba escapar. Algo así es lo que le pasa a quién visita Praga por primera vez, que ya no puede escapar de sus garras, de sus encantos arquitectónicos y gastronómicos que conforman un todo sin igual en Europa.

Un puente para gobernarlos a todos

De entre los diez puentes que sobrevuelan el río Moldava, el puente de Carlos IV es la más preciada joya de la ciudad. Este, que fue el primero, es una galería de arte en sí. Sus quinientos metros de pasarelas están custodiados por una treinta de advocaciones marianas y varios santos. La estatua de san Juan Nepomuceno es la más venerada por los praguenses, quienes piden sus deseos apoyando la mano izquierda sobre el pedestal. Pero el puente además es una galería de arte para los pintores aficionados que exponen sus obras al son de músicos de cuyos instrumentos salen las notas que compusieron los grandes como Mozart o Bach. Con este puente el emperador pretendía someter a las dos orillas de la ciudad bajo un mismo gobierno.

Una ciudad, dos orillas

Hacia el este, tras dejar atrás la torre que vigila los pasos de quienes cruzan el viaducto, la Ciudad Vieja abre sus puertas. Tomando un café en la plaza del Ayuntamiento se puede contemplar el ejército de apóstoles que cada hora desfilan en torno al Reloj Astronómico. Muy cerca el barrio judío con su emblemático cementerio, donde es costumbre pedir un deseo al tiempo que se deja una piedra en la tumba del rabino Löw. Museos y sinagogas son los tesoros que dan testimonio multicultural de Praga.

En la orilla oeste el barrio de Malá Strana es un museo de la arquitectura barroca. El Palacio Real con sus jardines, el Callejón del Oro y la Catedral de san Vito, donde se puede venerar el Niño Jesús de Praga, son las muestras más representativas. Sin olvidar el Castillo que fue origen de la ciudad de las cien torres.

Si hay una ciudad ideal para disfrutar con todos los sentidos esa es Viena. La capital de Austria es música, gastronomía, olores y monumentos. Para muchos la más clásica de las ciudades europeas. Sus insignes ciudadanos le han legado una herencia cultural sin igual. Mozart, Beethoven, Freud, Sisí... son solo algunos de los personajes que han colaborado a remarcar a Viena en el mapa.

Un paseo por el centro de Viena

Para conocer y disfrutar Viena lo mejor es seguir una ruta por sus monumentos más importantes. El palacio de Hofburg es un buen lugar para empezar. Su fachada abre los brazos invitando a entrar a una de las maravillas de la ciudad. El complejo acoge las dependencias de los Habsburgo, la imponente Biblioteca Nacional y el Museo de Isabel de Bulgaria, Sisí Emperatriz. En el recorrido por las salas del palacio abundan los muebles estilo Luis XV y una valiosa colección de objetos de plata. La Escuela Española de Equitación está en un edificio adyacente, ofreciendo espectáculos donde los caballos danzan al son de la música clásica.

Junto al palacio Hofburg, presidida por la Josefsplatz, se alza la Biblioteca Nacional. Sus libros son un tesoro, especialmente las cartas, mapas antiguos e incunables. Pero el edificio no es menos: una sala de ochenta metros de largo y veinte de alto. Un pasillo superior recoge todo el perímetro. El conjunto conforma una de las joyas más impresionantes del barroco en Viena.

Los vastos imperiales

Varios museos más completan las instalaciones a los que se les puede dedicar todo el tiempo de que se disponga y no será suficiente para disfrutar de todas sus obras. De camino hacia el ayuntamiento se puede hacer una parada en el parque Burggarten, donde hay un magnífico edificio homónimo del que sorprenden sus escaleras. Además se puede tomar un café en la Casa de las Mariposas.

La avenida Ringstrasse se puede pasear en tranvía, observando una panorámica de la ciudad y sus edificios más emblemáticos. Desde allí es aconsejable tomar un autobús a Schönbrunn, situada en las afueras. Este complejo que hacía las veces de residencia de verano es la mayor expresión del poder imperial. Destaca el Museo de las carrozas, que muestra la colección de coches que utilizaba Sisí. Además de contar con un invernadero que recrea un clima tropical y el zoológico más antiguo del mundo.

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