Fue una experiencia que recomendaría a todo el mundo, primero por lo que al menos para mí es lo más importante y la base de todo buen servicio: La calidad humana de su gente.
Puedo estar en el lugar más bello, más impactante del mundo, pero si no ne siento cuidada, escuchada y protegida, el viaje no será grato. Los guías son fundamentales, son el rostro de Europamundo y tuve mucha suerte ya que no solo nos guiaron, nos enseñaron. , sino que se vincularon con nosotros para formar equipo y cuidarnos entre todos, para que fuese una hermosa experiencia.
Destacó de Alfredo su sabiduría, conocimiento y originalidad. Es un maestro de maestros. Fue un honor conocerlo y ser sus turistas guiados
Destaco de Jacobo su preparación, su trato educado y la pasión por los países que visita. Es un joven además, muy humano.
Destaco de Raquel su enorme simpatía, su acogida fraterna, su conocimiento de la cultura germana y la preocupación constante por nosotros.Ella nos hacía sentir importantes y recordaba los nombres.
Destacó de Maya su dulzura, su juventud y alegría que nos encantó.
El transporte y los chóferes, perfecto de gran profesionalismo. Antonio irradiaba alegría de vivir y simpatía, junto con su profesionalismo.
Pero, tengo solo una crítica en estos 18 días de viaje. Y que creo que es importante decirlo para que nadie vuelva a pasar por lo que yo pasé. Yo soy una persona instruida, tengo educación ya que soy profesora por más de 38 años y de verdad, me hicieron sentir muy mal y no lo merecía, porque trato a todos con cortesía.
El hecho ocurrió en el Hotel Rainerss de Viena el domingo 9 de febrero 2025.
Durante el desayuno mi marido se hizo un corte profundo en el dedo que hizo que le sangrara de forma abundante.
Mi marido por no manchar el piso del comedor, ni incomodar a los pasajeros se levantó rápidamente y subió al baño de la habitación.
Yo lo seguía en silencio para no preocuparle, pero sangraba mucho porque el corte era profundo.
Cuando yo iba pasando por la recepción, mi guía Jacabo que es un excelente guía, hizo lo que toda persona de bien hace, se preocupó y me dijo: Pide el botiquín de la recepción y entonces me detuve.
Jacobo amablemente lo pidió, para que yo pudiera atender a mi esposo en la habitación y curar su herida.
Pero la persona que estaba ahí, un joven, de muy de mala manera me pasó un trozo de gasa, un líquido desinfectante y una tijera. Me la pasaba con gestos groseros y luego la retiraba, lo hizo tres veces, yo trataba de tomarla, pero él molesto me la volvía a retirar. haciendo do gestos molestos hacia mí y palabras que yo no entendía. Fue muy humillante, porque yo no lo había pedido, pero lo necesitaba.
Jacobo estaba de testigo, yo no dije nada en ese momento y esperé a que su enojo se le pasara, por algo que yo no había pedido.
Me callé y esperé pacientemente a que me diera los objetos para curar a mi marido. Lo hizo finalmente, muy molesto.
Al llegar a la pieza, le hice la curación a mi marido que aunque no desayunó ese día, ya estaba curado.
Al bajar a recepción y devolver el líquido desinfectante y la tijera, hablé con la joven recepcionista y le pedí un libro de reclamos que se negó a dármelo. Es màs, no me dejó explicarle, no me escuchaba y minimizaba el hecho.Ella no habló conmigo
solo con Jacobo de la situación y yo para ella no existía.
La joven me dijo que era un problema cultural y que yo había entrado en pánico y eso no es así.
Solo quería dejar el registro porque ambos me hicieron sentir mal. Yo iba a devolver la tijera y el desinfectante. No pretendía quedárme con cosas ajenas , yo nothago esas cosas.
Me hicieron sentir mal, y lo peor de todo que me ignoraron y eso no se le hace a una persona cuando tiene una emergencia de salud, por pequeña que sea.
Dejo muy claro que Jacobo fue gentil, amable, empatizó con nosotros y durante todo el viaje le preguntó a mi marido por su herida.
Escribo esto porque quiero que le expliquen a esos jóvenes de la recepción del Rainer
que la cultura de un pueblo, no tiene nada que ver con la humanidad y que un gesto solidario se lo pueden dar a cualquier persona de cualquier país que lo necesite. Espero que en su país presten ayuda humanitaria porque en mi país ayudamos aqtodos.
Esto es solo como un motivo de reflexión, yo soy profesora y lo valorico es fundamental. Yo no quiero que esos jóvenes tengan repercusión en sus trabajos, al contrario quiero que sean los mejores recepcionistas y que mi crítica sea constructiva y cuando vean a alguien en apuros, lo ayuden. Son jóvenes tienen una vida por delante para aprender.
Felicitaciones a Europamundo, a su SERVICIO DE EXCELENCIA. Volvería a viajar mil veces con ustedes, si Dios me da vida.
