DÍA 1: ESPAÑA - SAO MIGUEL
Presentación en el aeropuerto dos horas antes de la salida del vuelo (Pasaporte o D.N.I. en vigor). Salida con destino a Islas Azores. Llegada y traslado al hotel. Alojamiento.
DIAS INTERMEDIOS SAO MIGUEL
Desayuno. Días libres en Sao Miguel en régimen elegido para disfrutar de la isla. Posibilidad de realizar excursiones opcionales.
El último dia en Terceira, presentación en el aeropuerto a la hora indicada para coger vuelo interno con destino Terceira. Alojamiento.
DÍAS INTERMEDIOS EN TERCEIRA
Desayuno. Días libres para disfrutar de Terceira. El resto de nuestra estancia será en la Isla de Terceira en el hotel elegido, en régimen AD o MP según haya elegido al realizar su reserva. Posibilidad de realizar excursiones opcionales.
ULTIMO DIA
El último día de nuestro viaje, presentación en el aeropuerto a la hora indicada para coger vuelo interno con destino a la ciudad de origen.
VUELOS PREVISTOS PARA OPCION 1: MADRID-SAO MIGUEL:
28-dic Madrid Lisboa TP 1021 18:50 19:05
28-dic Lisboa P.Delgada TP 1865 22:20 23:45
01 - jan P.Delgada Terceira SP 406 18:15 18:55
05-ene Terceira lisboa TP 1822 11:50 15:10
05-ene Lisboa Madrid TP 1018 18:05 20:20
VUELOS PREVISTOS PARA OPCION 2: MADRID-TERCEIRA:
28-dic Madrid Lisboa TP 1020 07:25 07:40
28-dic Lisboa Terceira TP 1823 09:25 11:00
01 - jan Terceira P.Delgada SP 565 13:55 14:35
05-ene P. Delgada Oporto TP 1866 15:05 18:20
05-ene Oporto Madrid TP 1006 21:40 00:10
Islas Azores
Las Islas Azores son famosas por tener de sombrero un anticiclón en cualquier época del año y por ser un santuario de ballenas. De hecho, fue en las aguas de estas islas portuguesas donde en las que se inspiró Herman Melville para crear su novela «Moby Dick». Un archipiélago marcado por los envistes del Atlántico y una climatología única, que ha dado lugar a parajes de exuberante naturaleza y a un peculiar estilo de vida.
La caza de las ballenas llenó las arcas de las poblaciones marineras de las Azores. Hoy en día los arpones se cambian por cámaras y los rudos marineros por turistas. Pero pocos hacen una fotografía a la primera ballena que ven surgir de las aguas con la parsimonia propia de estos grandes mamíferos. Por lo general su presencia acalla el ambiente y emboba a los tripulantes de las embarcaciones a las que se acercan los cachalotes. En tierra, los marineros rememoran en las tabernas peligrosas anécdotas y enseñan sus trofeos de dientes de ballena.
Lejos del mar, a cientos de metros de altura, los volcanes que contribuyeron a formar este archipiélago amante de los anticiclones, duermen el sueño tranquilo del trabajo bien hecho. La naturaleza virgen en la mayor parte de las islas muestra extraordinarios paisajes dominados por el verde y los colores malva y azul de las hortensias. El cielo anticiclónico baña de sol por doquier, ofreciendo imágenes propias del paraíso.
Los pequeños pueblos y contenidas ciudades g
uardan en su haber el espíritu marinero y colonial de sus fundaciones. Palacetes de piedra negra y pintorescas casas de pescadores, son el refugio de propios y extraños en las horas centrales del día, cuando el sol se deja notar en estas tierras mimadas por el clima. Un vergel a unas horas de la península.
Terceira
Terceira es conocida como la isla malva, por la exuberancia de las hortensias que plagan los campos y los aledaños de las carreteras que recorren su hermosa oleografía. Praia de Vitória es la puerta de entrada a la tercera isla descubierta del archipiélago de las Azores, de ahí su nombre. A su bahía arriban los barcos procedentes de las islas vecinas y su aeropuerto es pista de aterrizaje para los aviones procedentes del continente, además de ser el lugar de la famosa foto previa a la guerra de Irak. Aunque lo interesante de la población se encuentra recorriendo sus calles adoquinadas a las que dan sombra pintorescas construcciones locales. El mercado de abastos y la iglesia del Senhor Santo Cristo, con sus retablos flamencos, son las visitas imprescindibles de su vistoso casco antiguo, antes de tomar el camino a la capital de la isla.
Angra do Heroísmo ostenta la capitalidad de Terceira. El nombre de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por su cuidado urbanismo colonial renacentista, proviene de la voz portuguesa «bahía». La de Angra está dominada por el monte Brasil, desde cuyo mirador se obtienen magníficas vistas de las isla y vigilan, propios y extraños, a la espera de ver el lomo plateado de alguna ballena al pasar cerca de la costa. El entramado de calles y casas se corresponde a la planificación del siglo XVI, sorprendentemente conservado aún hoy, ofreciendo un recorrido que transporta a otro tiempo. Al tiempo en que desembarcaban en su puerto los galeones con las riquezas del Nuevo Mundo.
Pero no se puede decir que se conoce Terceira si no se ha visitado su interior. En el cráter del apagado volcán Guilherme Moniz se encuentra Algar do Carvao, una profunda y sorprende cueva, testimonio del origen volcánico de la isla.
São Miguel
São Miguel está considerada como la más hermosa de las Islas Azores. Una extensión de tierra alargada y dominada por un trío de volcanes cuyos cráteres ofrecen espectaculares lagos de tonos verdes y azules.
Al menos la mitad de la población de las Azores se encuentra en São Miguel, favorecida por sus conexiones directas con Lisboa y otras ciudades de europeas. La isla verde, como la gustan en llamar sus habitantes exporta gran parte de su producción de frutas y hortalizas, principal actividad económica de la isla que marca la gastronomía local.
Tres volcanes custodian la isla cuales tres reyes con coronas. Sus cráteres, hoy, son enormes piscinas, lagos naturales situados a varios centenares de metros de altura rodeados de verdes laderas y frondosas hortensias que crecen por doquier. El más interesante de los tres volcanes es el situado cerca del extremo oeste de São Miguel. La carretera EN9-1A sube hasta la intermediación de dos enormes lagos, verde uno y azul el otro, ofreciendo un mirador desde el punto más alto con la fotografía que atestigua la presencia en la isla. Sin menoscabo de los lagos do Fogo y das Fumas. En el último es muy probable encontrarse con fumarolas de vapor surgentes de chimeneas de los entornos.
São Miguel parece querer imitar los paisajes de otras tierras, con enclaves naturales que recuerdan a los Alpes, acantilados de gigantes o selvas tropicales. La capital, Ponta Delgada, por contra, lucha por mantener su estado de ciudad administrativa y epicentro de la cultura de las Azores. En la zona antigua de la ciudad, los palacios y casas solariegas recuerdan a la época de la colonización, en la que nobles y artistas relegaban de la península tras las nuevas tierras. Una ciudad hecha a imagen y semejanza de la capital lusa.