Dar la bienvenida al año nuevo en Terceira, conocida como la isla malva porque todos sus campos están plagados de hortensias...y lo más importante, todo en compañía de la familia y a un precio de INFARTO... Azores os espera!
Ofertón Familiar Isla Terceira
Dar la bienvenida al año nuevo en Terceira, conocida como la isla malva porque todos sus campos están plagados de hortensias...y lo más importante, todo en compañía de la familia y a un precio de INFARTO... Azores os espera!
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Nuestro precio incluye:
No incluye:
PLAZAS LIMITADAS
PRIMER DIA.
Presentación en el aeropuerto dos horas antes de la salida del vuelo (Pasaporte o D.N.I. en vigor). Salida con destino a Islas Azores. Llegada y traslado al hotel. Alojamiento.
DIAS INTERMEDIOS.
Desayuno. Días libres en Terceira para disfrutar de la isla y su gente. Estancia en hotel elegido en régimen elegido.
ÚLTIMO DÍA.
Presentación en el aeropuerto a la hora indicada y vuelta a la ciudad de origen.
*La información contenida en el mapa es orientativa, pudiendo el organizador del viaje cambiarla según la necesidad.
Sanfermines en las Azores
Terceira bien podría ser sinónimo de fiesta. Cualquier fecha es propicia para celebrar algún acontecimiento y poner la música por bandera en esta pintoresca isla agraciada por el clima. Aquí siempre luce el sol, lo que parece despertar el interés de sus habitantes por los festejos populares de todo tipo. Uno de los más curiosos es muy similar a los encierros de San Fermín en Pamplona.
En la isla el santo torero es san Juan Bautista. En torno a su onomástica, a finales de junio, y en los meses anteriores y posteriores, Terceira se viste de luces. Hasta 220 touradas acogen las calles y plazas de las localidades isleñas. Desde los campos, donde los ganaderos crían las reses, se trasladan los astados a los pueblos y ciudades. Cuyas calles corren los toros atados con cuerdas a los cuernos para mantenerlos en los recorridos. Una ocasión para disfrutar de unos sanfermines diferentes en la isla pintada de verde y malva.
La bodega isleña
En las lenguas de lava solidificada que discurren por las laderas del apagado volcán creador de la isla, surgen por doquier viñedos de excelentes caldos aportando una fama singular a las bodegas de Terceira. Los currais, como se les conoce a los campos de lava, crean oquedades y cavernas donde se resguardan las cepas de generosos vinos.
Biscoitos es la población donde se asientan la mayoría de las bodegas. Allí el Museu do Vinho, junto a la iglesia, descubre los secretos de esta tradición agrícola y permite probar sus exquisitos caldos. Una buena opción antes de pasar la tarde disfrutando del sol y el clima de la Azores en sus piscinas naturales o visitando los impresionantes acantilados de lava de Ponta do Mistério.
Islas Azores
Las Islas Azores son famosas por tener de sombrero un anticiclón en cualquier época del año y por ser un santuario de ballenas. De hecho, fue en las aguas de estas islas portuguesas donde en las que se inspiró Herman Melville para crear su novela «Moby Dick». Un archipiélago marcado por los envistes del Atlántico y una climatología única, que ha dado lugar a parajes de exuberante naturaleza y a un peculiar estilo de vida.
La caza de las ballenas llenó las arcas de las poblaciones marineras de las Azores. Hoy en día los arpones se cambian por cámaras y los rudos marineros por turistas. Pero pocos hacen una fotografía a la primera ballena que ven surgir de las aguas con la parsimonia propia de estos grandes mamíferos. Por lo general su presencia acalla el ambiente y emboba a los tripulantes de las embarcaciones a las que se acercan los cachalotes. En tierra, los marineros rememoran en las tabernas peligrosas anécdotas y enseñan sus trofeos de dientes de ballena.
Lejos del mar, a cientos de metros de altura, los volcanes que contribuyeron a formar este archipiélago amante de los anticiclones, duermen el sueño tranquilo del trabajo bien hecho. La naturaleza virgen en la mayor parte de las islas muestra extraordinarios paisajes dominados por el verde y los colores malva y azul de las hortensias. El cielo anticiclónico baña de sol por doquier, ofreciendo imágenes propias del paraíso.
Los pequeños pueblos y contenidas ciudades
uardan en su haber el espíritu marinero y colonial de sus fundaciones. Palacetes de piedra negra y pintorescas casas de pescadores, son el refugio de propios y extraños en las horas centrales del día, cuando el sol se deja notar en estas tierras mimadas por el clima. Un vergel a unas horas de la península.
Terceira
Terceira es conocida como la isla malva, por la exuberancia de las hortensias que plagan los campos y los aledaños de las carreteras que recorren su hermosa oleografía. Praia de Vitória es la puerta de entrada a la tercera isla descubierta del archipiélago de las Azores, de ahí su nombre. A su bahía arriban los barcos procedentes de las islas vecinas y su aeropuerto es pista de aterrizaje para los aviones procedentes del continente, además de ser el lugar de la famosa foto previa a la guerra de Irak. Aunque lo interesante de la población se encuentra recorriendo sus calles adoquinadas a las que dan sombra pintorescas construcciones locales. El mercado de abastos y la iglesia del Senhor Santo Cristo, con sus retablos flamencos, son las visitas imprescindibles de su vistoso casco antiguo, antes de tomar el camino a la capital de la isla.
Angra do Heroísmo ostenta la capitalidad de Terceira. El nombre de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por su cuidado urbanismo colonial renacentista, proviene de la voz portuguesa «bahía». La de Angra está dominada por el monte Brasil, desde cuyo mirador se obtienen magníficas vistas de las isla y vigilan, propios y extraños, a la espera de ver el lomo plateado de alguna ballena al pasar cerca de la costa. El entramado de calles y casas se corresponde a la planificación del siglo XVI, sorprendentemente conservado aún hoy, ofreciendo un recorrido que transporta a otro tiempo. Al tiempo en que desembarcaban en su puerto los galeones con las riquezas del Nuevo Mundo.
Pero no se puede decir que se conoce Terceira si no se ha visitado su interior. En el cráter del apagado volcán Guilherme Moniz se encuentra Algar do Carvao, una profunda y sorprende cueva, testimonio del origen volcánico de la isla.
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