Día 1: ESPAÑA – SAN PETERSBURGO
Presentación en el aeropuerto mínimo 2 horas antes de la salida del avión. Facturación, embarque y salida según plan de vuelos con destino San Petersburgo. Llegada, trámites de visado, asistencia y traslado a su hotel. Alojamiento.
Día 2: SAN PETERSBURGO
Desayuno en el hotel. Salida para realizar la visita panorámica del centro histórico y los principales monumentos de San Petersburgo, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y llamada la “Venecia del Norte” debido a sus innumerables canales, islas y puentes sobre el río Neva. El lujo y la creatividad utilizados en su construcción, la opulencia de la corte zarista, pueden admirarse en los numerosos palacios, teatros, lujosas e imponentes fachadas que ornan las amplias avenidas, aquí llamadas “Perspectivas” (Prospekt), atravesadas por ríos y canales. Atravesaremos la Fontanka, río que cruza el centro urbano de San Petersburgo, así como el río Moika y el canal Griboyedov. Sobre este último se encuentra la célebre iglesia de San Salvador sobre la Sangre Derramada, de inconfundible estilo ruso con sus cúpulas multicolores y doradas, en forma de bulbo, el antiguo Palacio de Invierno, imponente residencia de los Zares, y la inconfundible silueta de la Fortaleza de Pedro y Pablo. No lejos se encuentran el acorazado “Aurora”, el Senado y la Catedral de San Isaac, la plaza Teatrálnaya , el célebre Teatro Mariinsky y la bella catedral de San Nicolás de los Marinos. A continuación se realizará un pequeño paseo por el barrio de Dostoievski, situado en pleno centro de San Petersburgo, por el Mercado Kuznechny, construido a principios del siglo XX y se visitará la Fortaleza de Pedro y Pablo, panteón de los zares Romanov, situada en una pequeña isla, y destinada a proteger la ciudad de las incursiones por vía marítima. Vista exterior del Acorazado “Aurora”, barco de la antigua marina de guerra imperial, cuyos cañonazos el 25 de octubre de 1917 marcaron el inicio de la Revolución Rusa. Almuerzo y tiempo libre. Traslado al hotel, alojamiento en régimen según opción escogida
Día 3: SAN PETERSBURGO
Día libre en régimen según opción escogida. Posibilidad de realizar una excursión facultativa al Museo del Hermitage (Esta visita está incluida en la opción TODO INCLUIDO.)
Día 4: SAN PETERSBURGO – MOSCÚ
Desayuno en el hotel. Día libre hasta la hora prevista para el traslado a la estación. Posibilidad de realizar una excursión opcional al Parque de Catalina en Pushkin y al Palacio y Parque Pavlovsk (Estas visitas están incluidas en la opción TODO INCLUIDO.). A la hora concertada, traslado a la estación y embarque en tren nocturno con destino Moscú. Noche a bordo del tren.
Día 5: MOSCÚ
Desayuno en el tren. Llegada a Moscú y visita panorámica de la ciudad, sus amplias avenidas como la célebre Tverskaya, la Plaza Roja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y llamada así por el color de los ladrillos de los edificios que la rodean: el Museo de Historia, las murallas del Kremlin y la catedral de San Basilio, con sus famosísimas cúpulas multicolores en forma del bulbo, construida por orden del zar Iván el Terrible. En ella se sitúa el Mausoleo de Lenin y muy cerca se encuentran el célebre teatro Bolshoi, la Catedral de San Salvador, el imponente edificio de la Lubianka, sede del antiguo KGB, y las pequeñas iglesias del viejo barrio “Kitai Gorod”. Recorrido por las avenidas que bordean el río Moskova, con vistas del Parlamento, la Duma o “Casa Blanca”; el estadio olímpico, la “colina de los gorriones”, coronada por el célebre rascacielos de inspiración estalinista en el que se encuentra la Universidad Lomonossov, y el Parque de la Victoria, construido tras la II Guerra Mundial. Continuaremos hacia la calle Arbat, lugar de encuentro preferido de los moscovitas, animada vía en el corazón del casco antiguo. Visita del Convento de Novodévitchi (Nuevas Doncellas), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, uno de los más bellos de Rusia, situado al borde de un pequeño lago que inspiró a Tchaikovski en su composición del “Lago de los Cisnes”. En su interior se sitúa un importante museo con colecciones de iconos, joyería, bordados y libros antiguos. En el cementerio anexo se encuentran enterradas numerosas personalidades rusas del arte, la ciencia o incluso la política, entre los que se cuenta la tumba de Boris Yeltsin. Almuerzo. Posibilidad de realizar una visita opcional a la Galería Trétyakov (Esta visita está incluida en la opción TODO INCLUIDO). Finalizadas las visitas, traslado al hotel y alojamiento.
Días 6 y 7: MOSCU
Desayuno en el hotel. Días libres con posibilidad de realizar visitas opcionales: el Kremlin y sus Catedrales, o al mundialmente famoso Metro de Moscú (Esta visita está incluida en la opción TODO INCLUIDO)
Día 8: MOSCÚ - ESPAÑA
Desayuno (según horario de vuelo y de apertura de restaurante del hotel). Traslado al aeropuerto y salida según plan de vuelos de regreso a España.
NOTA: La descripción del itinerario es genérica y sujeta a variaciones, sin que afecte al contenido del programa.
SERVICIOS Y VISITAS ADICIONALES, SÓLO SI SE CONTRATA LA OPCIÓN “TODO INCLUIDO”
Día 1: ESPAÑA – SAN PETERSBURGO
Presentación en el aeropuerto mínimo 2 horas antes de la salida del avión. Facturación, embarque y salida según plan de vuelos con destino San Petersburgo. Llegada, trámites de visado, asistencia y traslado a su hotel. Alojamiento.
Día 2: SAN PETERSBURGO
Desayuno en el hotel. Visita panorámica del centro histórico y los principales monumentos de San Petersburgo igual que para clientes de circuito Clásico . Almuerzo y tiempo libre. Cena. Alojamiento en el hotel.
Día 3: SAN PETERSBURGO
Desayuno en el hotel. Mañana libre . Almuerzo. Visita del Museo del Hermitage, situado en el antiguo Palacio de Invierno, residencia de los Zares, el más grande museo de Rusia, así como uno de los más importantes del mundo. Debe su renombre internacional en especial a sus colecciones de pintura de las escuelas italiana, flamenca, francesa y española. En particular obras de Leonardo da Vinci, Rafael y Rembrandt; de impresionistas franceses, de Gauguin, Matisse, Van Gogh, Picasso... Sus suntuosos interiores sor el marco ideal para tan amplia colección de piezas maestras. Cena. Alojamiento en el hotel.
Día 4: SAN PETERSBURGO – MOSCÚ
Desayuno en el hotel. Excursión a Pushkin, pequeña ciudad que se denominó así en honor del más grande poeta ruso. En ella se encuentra el Palacio de Catalina, dedicado a la esposa de Pedro el Grande, Catalina I y diseñado por el célebre arquitecto italiano Bartolomeo Rastrelli, autor de los más importantes palacios de San Petersburgo. Tiempo en el exterior, para contemplar este bello monumento y continuación a Pavlovsk para visitar el Palacio, regalo de Catalina la Grande a su hijo Pablo, futuro zar Pablo , y el gran parque de 600 hectáreas originalmente coto de caza imperial, obra maestra de arquitectura paisajística en Europa. Regreso a San Petersburgo. Almuerzo* Tiempo libre. Cena. A la hora concertada, traslado a la estación y embarque en tren nocturno con destino Moscú. Noche a bordo del tren. *Los pasajeros que hayan optado por el suplemento avión o tren Sapsan diurno, pueden tener este almuerzo o la cena tipo “picnic” en función de la hora de salida del avión o del tren.
Día 5: MOSCÚ
Desayuno en el tren. Llegada a Moscú y visita panorámica de la ciudad, igual que para clientes de circuito Clásico (página 1) Almuerzo. Visita de la Galería Trétyakov, incomparable pinacoteca que alberga más de 130.000 obras creadas por artistas rusos. Destacan “la Virgen de Vladimir” de estilo bizantino y que la tradición atribuye a San Lucas, y la obra maestra del gran Andrei Rublev, “la Trinidad”. Cena. Alojamiento en el hotel.
Día 6 MOSCÚ
Desayuno en el hotel. Visita del Kremlin con sus Catedrales, conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus murallas tienen una longitud total de 2.235 metros. Visitaremos el interior del recinto para admirar la “Campana Zarina” y el “Cañón Zar”. Finalizaremos visitando la célebre “Plaza de las Catedrales”, enmarcada por las de San Miguel, la Ascensión y la Anunciación. Visita del Metro de Moscú. Inaugurado el 15 de mayo de 1935 por el poder soviético, el Metro de Moscú era el “Palacio del Pueblo”. Aun hoy día es el principal medio de transporte de la ciudad y uno de los principales del mundo, con 200 km de líneas y 145 estaciones. Almuerzo. Tiempo libre. Cena. Alojamiento en el hotel.
Día 7: MOSCU
Desayuno en el hotel. Excursión a Serguiev Posad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, uno de los centros más importantes de la religión ortodoxa. Su construcción fue iniciada por San Sergio, quien estableció en el lugar un monasterio-fortaleza en 1340. Activo aun hoy día como monasterio fortificado de la Trinidad San Sergio, lugar de peregrinación y sede y residencia del Gran Patriarca de todas las Rusias, por lo que se le conoce como el “Vaticano Ruso”. Entre sus numerosas iglesias y catedrales destacan la cúpula azul de la Catedral de la Asunción, y la catedral de la Dormición, que contiene la tumba de Boris Godunov y su familia. Almuerzo. Salida hacia Izmailovo, célebre por su inmenso mercado, donde todo se puede encontrar, además de las tradicionales muñecas rusas, joyas y artículos de bisutería, “souvenirs” de la época soviética y también artesanía procedente de todos los rincones del país. La inmensa cantidad de artículos y lo variado de sus orígenes son la prueba palpable de que nos encontramos en el cruce de Europa y Asia. Regreso a Moscú. Cena . Alojamiento en el hotel.
Día 8: MOSCÚ - ESPAÑA
Desayuno (según horario de vuelo y de apertura de restaurante del hotel). Traslado al aeropuerto y salida según plan de vuelos de regreso a España.
NOTA: La descripción del itinerario es genérica y sujeta a variaciones, sin que afecte al contenido del programa.
Música y ballet: El Teatro Bolshói es la sede de la Compañía de Ballet y Ópera Rusa. Visitar Moscú y no acudir a alguna de los magníficos espectáculos de este teatro es como ver la ciudad a medias. Los mejores compositores y directores sueñan con actuar en alguna ocasión este lugar, cuyos espectáculos impresionan tanto como la misma Moscú.
Arte: La iconografía ortodoxa se impone como la principal pictografía de Rusia. En el Museo de Bellas Artes, y en las decenas de templos cristianos de la ciudad, se pueden contemplar obras de importantes autores de todos los tiempos. La iconografía está considerada como un tesoro nacional, por lo que puede haber problemas con la aduana para sacar obras del país.
Compras: En la Plaza Roja se eleva el símbolo del capitalismo, los almacenes GUM, en los que están presentes las grandes firmas de moda y tecnología. Aunque si lo que se quiere es algún recuerdo de artesanía moscovita, como las famosas muñecas rusas, en la misma Plaza Roja hay muchas tiendas y puestos, así como en las calles colindantes.
Gastronomía: Los platos moscovitas son potentes, con muchas calorías, para proporcionar energía y ayudar a combatir el frío. Aunque su cocina tiene influencias de los países vecinos, se pueden degustar platos típicos rusos: los Pelmenis son bolas rellenas de varios tipos de carne; el filete Stroganoff acompañado de setas puede ser otra opción; los productos lácteos como el Kefir pueden servir de postre, al igual que los Blinis, una especie de crepes que se pueden tomar rellenos de patata.
Un paseo para conocer San Petersburgo
La ciudad tiene su origen en el kremlin, la fortaleza de San Pedro y San Pablo, que alberga la catedral del mismo nombre y que es lugar de reposo de emperadores y zares, hasta Nicolás II. Fuera de la fortaleza, cobijada por sus muros, una playa urbana sirve a los aventurados que buscan el sol veraniego.
Al otro lado del río Neva se eleva una joya que es el orgullo de la ciudad, el Museo Ermitage, imagen de San Petersburgo. En el complejo se integra el que fuera el Palacio de Invierno, obra del italiano Bartolomeo Rastrelli. El museo acoge una colección de más de dos millones y medio de objetos de arte, siendo la mayor pinacoteca rusa. La fachada opuesta al río se abre a la imponente Plaza del Palacio, centro neurálgico de la ciudad.
La Columna de Alejandro, es testigo perenne de la victoria sobre Napoleón. Está rematada con un ángel, que bien pareciera ser el propio Alejandro I. Desde allí no pasa desapercibido el arco del Estado Mayor, que da paso a un interesante entramado de calles. Las dos principales, Bolshaya Morskaya y su paralela Malaya Morskaya, están llenas de referencias a los que fueran sus insignes vecinos: escritores como Vladimir Nabokov, autor de «Lolita»; Nikolái Gógol y el músico Piotr Chaikovski.
San Petersburgo guarda para el visitante valiosos tesoros aún por descubrir. La grandiosa cúpula dorada de la Catedral de Isaac, protegida por los «Jinetes de Bronce»; la lujosa avenida Nevski, arteria comercial y testigo de la época de esplendor; la Catedral de San Nicolás de los Marinos, con su cúpula azul y el Palacio de Peterhof, el «versalles ruso». Sus jardines, fuentes y cascada recuerdan a su hermano francés, pero el arquitecto Rastrelli supo darle singularidad. El conjunto, declarado Patrimonio de la Humanidad, constituye una ciudad en sí misma, dentro de la que se encuentra uno de los campus de la Universidad de San Petersburgo.
La grandeza de Rusia no solo se hace patente en su extensión, sino en sus recursos naturales, sus paisajes, sus ciudades, su cultura y sus costumbres. La altiplanicie de Siberia pasa por ser uno de los lugares más fríos del mundo. Hasta sus entrañas llega el lago Baikal, la perla de Asia, que alberga la quinta parte del agua dulce no congelada de todo el planeta. También de agua es el río Tolva, el mayor de Europa, que tiene tramos navegables durante algunos períodos del año. Pero la riqueza de Rusia también está en sus ciudades, siendo las principales Moscú y San Petersburgo.
Moscú, una ciudad para una nueva era
Desde el origen de la ciudad, hacia el siglo XII, Moscú ha sido amada y odiada por igual por todos sus gobernantes. La calidad de capital le fue concedida por unos y retirada por otros. Desde que hace un siglo Lenin la establece como capital de la Federación Rusa los cambios que ha experimentado la han enaltecido y abierto al mundo. Se ha convertido en una ciudad cosmopolita, que no renuncia a su pasado, sino que presume de él y se siente orgullosa de lo que es.
Para conocer Moscú y moverse por la ciudad se puede optar por su amplia red de metro, con casi doscientas estaciones. De esta manera los trayectos se pueden aprovechar para conocer la idiosincrasia de los moscovitas. La ciudad de Moscú es atravesada por el río Moskvá, creando dos semiesferas, la que queda al norte alberga las zonas más antiguas, sin menos menoscabar a la región meridional, más moderna y poblada.
Visitas imprescindibles
La Plaza Roja es el mejor punto para empezar a conocer la ciudad. La magnificencia de esta plaza, la tercera más grande del mundo, aumenta con los edificios que la acompañan. La plaza constituye el centro neurálgico de la ciudad, un lugar de encuentro para propios y foráneos en donde descubrir algunas de las particularidades que hacen única a Moscú. El nombre, aunque parezca obvio, no viene por el rojo de la bandera o por los ladrillos de los edificios adyacentes, sino del antiguo significado de la palabra rojo en ruso: bonita o bella.
Frente a la plaza surge la inmensidad de la Ciudadela del Kremlin, actual sede del gobierno. La palabra «kremlin», de hecho, hace referencia a una fortificación. De estas existen varias por toda Rusia, aunque el Kremlin de Moscú es la más significativa e importante. El conjunto amurallado lo conforman varias catedrales y edificios civiles. La mayor parte de las edificaciones se pueden visitar, pero es aconsejable adquirir la entrada con antelación. Son muchas las personas que quieren disfrutar de las maravillas que se ocultan tras las murallas y las imponentes torres rojas.
Ya fuera de la ciudadela, de nuevo en la Plaza Roja, destaca la Catedral de San Basilio. El conjunto de torres coloristas constituye una imagen que se identifica rápidamente con Moscú. No muy lejos el Museo Nacional de Historia y el Museo de Lenin son fundamentales para comprender la historia de Rusia y de buena parte del siglo XX. Junto a ellos una impresionante fachada balconada es la presentación arquitectónica del GUM (Principales Tiendas Universales). Se trata de unos grandes almacenes, creados en 1983, que albergan multitud de firmas de moda. La arquitectura interior del edificio bien merece una visita, además dan una idea del nivel económico de la ciudad, donde el número de fortunas se ha incrementado considerablemente en la última década.
Al otro lado del río espera el Monasterio de Nuestro Salvador, y, con un estilo totalmente diferente, el complejo financiero, con algunos de los rascacielos diseñados por Norman Foster.
San Petersburgo se puede considerar la más bella ciudad rusa, la ciudad mimada por los zares. Ordenada a construir de la nada por Pedro I el Grande, que quedó impresionado de las maravillosas capitales europeas tras un viaje por el continente. La pantanosa desembocadura del río Neva acoge desde comienzos del siglo XVIII a la llamada «Venecia del norte». Una red de más de cincuenta canales y ríos diseccionan la ciudad que permanece unida mediante puentes, cuya apertura emboba a propios y extraños.
La mejor fecha para visitar y disfrutar la capital del Báltico es entre los meses de mayo y agosto, cuando el crepúsculo se hace eterno y el sol no se pone bajo el horizonte, creando un día infinito. Los petersburgueses lo llaman las noches blancas. Durante estos meses los restaurantes permanecen abiertos todo el día y los acontecimientos culturales se suceden. Como el Festival de las Estrellas de las Noches Blancas, un espectáculo cultural que tiene su sede en el fabuloso teatro Mariinsky.
El sol de medianoche invita a recorrer los canales de San Petersburgo entre palacios de estilo barroco y maravillosas iglesias de rica iconografía. Para distinguir entre el día y noche, desde 1730, coincidiendo con el mediodía, un estruendoso cañonazo suena desde el bastión Naryshkin.