Este magnífico circuito nos llevará por algunos de los paisajes más espectaculares de la Noruega. Visitaremos también las ciudades de Bergen, y la capital, Oslo, así como el magnífico glaciar de Briksdal. Anímate, el precio es una Ganga!!
Circuito Noruega
Este magnífico circuito nos llevará por algunos de los paisajes más espectaculares de la Noruega. Visitaremos también las ciudades de Bergen, y la capital, Oslo, así como el magnífico glaciar de Briksdal. Anímate, el precio es una Ganga!!
N/D
Nuestro precio incluye:
VISITAS INCLUIDAS:
PLAZAS LIMITADAS
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Día 1.- Ciudad de origen - Oslo (mp)
Día 2.- Oslo - Lillehamer - Valle de Gudbransdal (pc)
Día 3.- Valle de Gudbransdal - Lom - Fiordo de Geiranger - Glaciar de Briskdal - Área de Nordfjordeid (pc)
Día 4.- Área de Nordfjordeid - Tren de Flam - Fiordo de los Sueños - Región de Voss (pc)
Día 5.- Región de Voss - Preikestolen - Stavanger (pc)
Día 6.- Stavanger - Bergen (pc)
Día 7.- Bergen (mp)
Día 8.- Bergen - Ciudad de origen
*La información contenida en el mapa es orientativa, pudiendo el organizador del viaje cambiarla según la necesidad.
NORUEGA
En el extremo más occidental de Escandinavia se encuentra Noruega. Limita con Suecia al este, al nordeste con Finlandia y Rusia, al oeste con el mar de Noruega y el océano Atlántico, al norte con el mar de Barents y al sur con el mar del Norte.
Tres cuartas partes de la superficie de Noruega están formadas por altas montañas, lagos y glaciares y un 23% lo cubren espesos bosques. La superficie total del país es de 323.878 kilómetros cuadrados. Hace muchos miles de años Noruega estaba cubierta por una enorme capa de hielo. El hielo se concentró especialmente en los lechos de los ríos y excavó valles profundos y cortados que finalmente llegarían al mar. Esas masas de hielo se formaron y desaparecieron hasta retirarse hace 14.000 años. A su paso el hielo dejó valles vacíos en los que podía entrar el mar, y así nacieron los hermosos fiordos, que son para una gran multitud el alma de Noruega.
Noruega es el feudo del reno, del que viven los lapones. Los bosques cubren más de la mitad del territorio noruego y en los campos se puede encontrar trigo y centeno hasta altas latitudes.
En las Islas Lofoten hay grandes bancos de bacalaos y arenques, sin olvidar a las ballenas que hacen su aparición a principios de junio y que pueden ser vistas hasta finales de septiembre (existen interesantes cruceros para su observación).
El ganado principal noruego es el ovino, bovino, porcino y volatería. En las costas del norte abundan las ballenas y las focas así como las aves de diferentes especies, que constituye un paraíso para quienes gustan de la observación de las aves.
Pero, sin duda, uno de los grandes espectáculos de la mágica naturaleza noruega es el desplazamiento, siguiendo los enormes bancos de arenque, de cientos de orcas hacia la zona de Lofoten, Tysfjord y Vestfjord, donde permanecerán entre octubre y enero. Y los más atrevidos tienen la posibilidad de bucear con estos impresionantes mamíferos. Para rematar la aventura, es posible alojarse en un rorbu, la típica cabaña de los pescadores noruegos, desde donde se podrá observar el maravilloso espectáculo de las auroras boreales.
LAPONIA
En la parte más septentrional de Europa, en la misma latitud que Alaska y Siberia, se encuentra la Laponia noruega, un destino que ofrece innumerables atractivos para disfrutar de unas vacaciones invernales realmente únicas. Aquí habitan rebaños de renos y el cangrejo real.
Déjese inspirar por los encantos de esta asombrosa región del planeta.
La Laponia noruega es uno de los destinos que presenta una mayor variedad en cuanto a propuestas de ocio se refiere, sobre todo durante los meses de invierno, y es una de las pocas zonas del planeta donde aún se puede disfrutar de una naturaleza y un entorno espectaculares.
La Laponia noruega es una de las últimas tierras vírgenes de Europa y ocupa el condado de Finnmark, que se extiende en un área de 48.637 kilómetros cuadrados y alberga a algo más de 73.000 habitantes. La pesca, la piscicultura, la ganadería de renos, la minería y el turismo constituyen los principales sectores económicos. La esencia de esta región la constituye el pueblo sami, que tiene en la ciudad de Karasjok (capital de Laponia) la sede de su Parlamento. La lengua sami, a pesar de distinguir nueve dialectos, es su seña de identidad más preciada.
Oslo
La capital de Noruega es una ciudad tranquila, limpia y ordenada. Conviene dedicarle al menos un día, ya que reúne una buena colección de museos que además se concentran en un solo distrito rodeado de parques. Ibsen flota en el ambiente, es algo que sus admiradores podrán comprobar al primer golpe de vista.
Bergen
La capital de los fiordos tiene una identidad tan fuerte que ha dado lugar a un dicho popular: «Yo no soy noruego, soy de Bergen». Como en muchas ciudades escandinavas, la belleza no reside tanto en los monumentos (aunque también los hay) como en la naturaleza y el entorno en el que se asienta. Construida siempre en madera, diversos incendios y batallas la han arrasado. La antigüedad brilla por su ausencia, excepto en las antiguas casas de los comerciantes alemanes situadas en el puerto.
Es una de las ciudades más animadas del país y goza de cierto ambiente cosmopolita gracias al puerto y al hecho de ser un importante centro turístico. La oferta cultural es amplia y variada.
Stavanger
La «Capital del petróleo» es una ciudad de fuertes contrastes y con encanto. Tiene fama de ser uno de los lugares más caros del país. A pesar de su reducido tamaño, gracias al negocio del «oro negro» conviven en ella gentes de todos los lugares del mundo.
Se debe pasear por el barrio viejo, donde se conserva el mayor y más bello conjunto de casas de madera de Noruega, y la playa de Solastrand. Merece la pena una visita al Museo del Petróleo. A la ciudad se accede a través de una compleja red de túneles y puentes, auténticas hazañas de la ingeniería, que llegan a medir más de cinco kilómetros.
Røros
Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Gracias a sus casas de madera, el frío y los cielos plomizos que sobre ella se ciernen, la ciudad tiene un inevitable aire de poblado del Lejano Oeste. Su tradición minera se remonta al siglo XVI, y aunque los yacimientos dejaron de ser explotados en 1989, alberga un impresionante museo de la minería que ha sido galardonado en varias ocasiones.
Akkas
La excursión por un glaciar es una experiencia fascinante: Breheimsenteret en Jostedal y Breporten en Stryn, ubicados en la provincia de Sogn og Fjordane, son especialmente recomendables. Los que deseen saber más sobre glaciares, pueden visitar el Norsk Bremuseum (Museo Glaciológico) en Fjærland. Los glaciares son lugares peligrosos y hay que ir siempre acompañado de un guía experto.
Islas Lofoten
El archipiélago de las Lofoten reúne buena parte de los encantos de Noruega. Se encuentra dentro del Círculo Polar Ártico, así que disfruta del sol de medianoche y las auroras boreales. Las montañas y los desfiladeros sobre el mar son de los más espectaculares del país, y a eso hay que sumar la ventaja de que no cuenta con grandes poblaciones, la gente es sencilla y acogedora y se suele dedicar a la pesca del bacalao (ahora también al turismo).
Larvik
El último de los grandes enclaves balleneros. Situado al sur de Oslo, a unos 50 kilómetros de la capital noruega. Dispone de un balneario.
Tromsø
Durante siglos ha sido el punto de partida de las expediciones polares. Amundsen hizo escala allí en muchas ocasiones y a Tromsø llevaron su cuerpo después de que se estrellase en una operación de rescate en 1928. Para conocer más sobre la relación de esta ciudad con el Ártico, es imprescindible la visita al Polarmuseet, que abre hasta las 14 horas en invierno.
Tromsø es la capital del norte de Noruega. Eso, junto a la universidad, la convierte en una ciudad muy animada. Dispone del mayor número de bares y restaurantes por habitante de todo el país. También es la sede de Mack Øl, una excelente cerveza que, además de estar muy buena, es la más septentrional del planeta.
Honningsvåg y el Cabo Norte
El Cabo Norte es la meta de miles de viajeros y esto se está haciendo notar. En el acantilado donde termina el continente se ha construido un centro turístico muy discutido y en verano el tránsito de gentes resta bastante encanto a este lugar mítico.
Lo más recomendable es visitarlo fuera de la temporada alta y cuando existe luz, aunque sólo sean unas pocas horas al día. En invierno la carretera suele estar cortada por la nieve, aunque unos pequeños tractores llevan a los visitantes hasta el Cabo Norte (por encargo y después de pagar un precio astronómico). Sin embargo, no merece la pena visitar el punto más septentrional de Europa en la más absoluta oscuridad.
Honningsvåg es el núcleo urbano más grande de la isla; tiene 2.500 habitantes y se jacta de elaborar la cerveza más norteña del mundo. Para encontrarla, basta con preguntar en el bar junto a la oficina de correos. No se embotella, así que sólo se puede tomar allí, y no está nada mal. A tener en cuenta: en Honningsvåg los bares sólo pueden servir bebidas alcohólicas a partir del mediodía.
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