Fez: Una experiencia sublime en una ciudad misteriosa

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Si quieres dar un paseo por una ciudad misteriosa, sorprendente, histórica, llena de laberintos y tradiciones arraigadas, sigue leyendo y conoce Fez al detalle.

Esta ciudad marroquí imperial está considerada como el principal asentamiento cultural y religioso del país, y está frecuentada por numerosos estudiantes gracias a su universidad de gran popularidad por los estudios acaecidos sobre el árabe que en ella tienen lugar.

La ciudad de un encanto y belleza sin parangón, se encuentra dividida en varias zonas entre las que cabe destacar la llamada Medina Fez el-Bali por ser uno de los distritos de mayor antigüedad y amplitud medieval, donde predominan las murallas y puertas que custodian la gran ciudad, junto a los monumentos, edificios y museos de gran interés turístico que yacen en su interior.

Las alternativas y posibilidades con las que cuenta Fez son tan amplias que no es de extrañar que se haya convertido en el segundo destino marroquí más visitado por los turistas españoles. Marrakech ofrece un escenario de exótica belleza así como un amplio abanico de actividades, pero Fez no tiene nada que envidiarle, y con frecuencia los que se enamoran de la primera ciudad, no se encuentran muy lejos de hacerlo con respecto a la segunda. Esta ciudad va ganando adeptos año tras año, pues a pesar de que fue fundada a finales del siglo VIII, aún se conserva espléndida como si apenas hubiera sufrido los ataques del trascurso del tiempo.

Lo mas destacado de Fez

Los motivos por los cuales se ha de viajar a Fez se amontonan en una jauría de grandes posibilidades entre las que caben nombrar: los zocos interminables de Fez el-Bali; las labores de los artesanos que aún conservan sus viejos oficios olvidados más allá de sus fronteras; los productos maravillosos que podrás adquirir envueltos en lámparas, alfombras y chilabas, tal y como si estuvieras viviendo en primera persona la película de Aladino y la lámpara maravillosa; y la gastronomía marroquí que destaca por sus especias y sabores intensos.

Hay rincones y zonas que no deberías perder por su simbología y contribución histórica, por eso y para que nada se te escape, es mejor que recorras la ciudad sin olvidar ninguno de sus puntos más transcendentales. Conócela por completo, transitando sus callejuelas con intenso olor al pasado más remoto.

Son muchas las visitas que se pueden realizar en esta prodigiosa ciudad, pero nombraremos las más significativas, haciendo mención a los edificios más emblemáticos. De esa forma, no dejes de acudir a la curtiduría Chouwara que es una de las más populares que aún conserva las técnicas más tradicionales de los ciudadanos de Fez. La Mezquita Al Karaouine, construida en el año 859, es uno de los monumentos arquitectónicos más representativos. El Palacio Real de Fez es uno de los más grandiosos de todo Marruecos por su gran trayectoria y sus siete puertas de gran hermosura exótica. Por su parte, la monumental Puerta Bab Bou Jeloud es la única que permite el acceso a la zona más antigua de la ciudad, Fez el-Bali. La Plaza Seffarine es interesante debido a que en ella aún se conserva uno de los oficios artesanos más arcaicos de la historia de Fez, los caldereros. Y el Mauseo de Mulay Idrís, un santuario erigido en honor al rey de Marruecos que lleva su mismo nombre por ser uno de los artífices en la fundación de la propia ciudad. De cualquier manera, tampoco te puedes perder sus barrios, zocos, museos y las medersas o antiguas escuelas donde residían los estudiantes para aprender el Corán.

Su gastronomía

En cuanto a su gastronomía, Fez te proporciona todo tipo de restaurantes adaptados a todos los presupuestos y gustos más exigentes, pero en ellos no suelen faltar los platos más característicos para que degustes con placer la magnífica materia prima de la cocina marroquí. Según esto, no dejes de probar la ensalada marroquí compuesta de numerosos vegetales, tales como los pimientos, tomates, berenjenas y aceitunas; el tajín o estofado cocinado con mucho mimo y a fuego lento; cuscús o sémola de trigo acompañado de otros ingredientes como pollo; o harira, que es la sopa marroquí por antonomasia, elaborada con tomate, garbanzos, arroz, fideos y especias. En cuanto a los postres más habituales podrás elegir entre fruta de gran variedad o bien degustar sus famosos pasteles confeccionados con miel y frutos secos, y dado que los musulmanes no beben alcohol, en caso de querer beber cerveza, vino o alguna otra consumición similar, será necesario que acudas a locales que cuenten con licencia para su consumo como son los hoteles o restaurantes algo más lujosos.

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