Viaje a Milán con 5 sentidos

Casi todo está a punto para que abra sus puerta la Expo 2015 en Milán. La ciudad italiana ha preparado para el mayor encuentro mundial de culturas un jugoso menú con platos de todos los continentes y un ingrediente común como hilo conductor: la alimentación. Reclamo más que suficiente para viajar a Milán este año. ¿Te vienes con nosotros?

Expo Universal de Milán

Hasta hace bien poco era cada cuatro años la cita mundial. Ahora la exposición más importante en la agenda de todo viajero es cada cinco años y en 2015 nos lleva a Milán. La Expo 2015 se inaugura el 1 de mayo (puente del Trabajo) y permanecerá abierta hasta el 31 de octubre.

Las entradas para ver la muestra dedicada en esta ocasión a la alimentación se pueden adquirir directamente en la web www.expo2015.org, desde 27 euros (para un día).

Milán, la ciudad de la moda, viste la mesa con los mejores manjares llegados de todo el mundo, bajo el lema “Nutrir el planeta. Energía para la vida”. Hasta 144 países tendrán representación en diversos pabellones instalados en el recinto ferial de Milán. En la gran mayoría de ellos se podrán degustar sus platos y disfrutar la gastronomía con los cinco sentidos.

Aunque, como todos sabemos, una exposición universal da lugar a mucho más. Como por ejemplo contemplar la efímera arquitectura de los pabellones nacionales. Magníficas construcciones que durante 6 meses reúnen a lo más primado de todos los continentes. El proyecto de la Expo de Milán consiste en desarrollar un parque agrícola en el que surgen los pabellones de las naciones participantes. Algo de lo que se ocupan arquitectos de renombre: Herzog, Rylander, Burdett, Boeri y McDonough.

Todos los pabellones tienen algo original que ofrecer, aunque hay algunos países que destacarán por sus edificios. Angola tendrá el pabellón más grande con 3000 metros cuadrados. México ha optado por representar a su ingrediente más popular, el maíz. De Chile nos llega madera de sus exuberantes bosques en forma de estructura romboidal. Estados Unidos reproduce uno de esos graneros típicos de las dehesas americanas. Italia, el país anfitrión, ha creado para la ocasión un edificio que elimina las sustancias contaminantes del aire. Y desde España vamos a participar con pórticos de madera.

Milán en 24 horas

Es peligroso hacer un viaje precipitado, porque podemos caer en el vulgarismo de solo disfrutar los encantos de las ciudades por su apariencia exterior. Pero en este caso hemos decidido recorrer Milán en 24 horas. Toda una jornada de experiencias para descubrir una ciudad que se antoja infinita.

Desayuno en el Duomo

Milán se despierta precipitada hacia un nuevo día con infinidad de quehaceres. Para el turista que quiere aprovechar la jornada la mejor opción es abrir los ojos en la Plaza del Duomo, epicentro de la capital de la moda y con una renovada imagen. La Catedral de Milán ilumina la abarrotada plaza con su resplandeciente y recuperada fachada, tras eliminar el hollín acumulado durante años. Sus agujas de mármol blanco miran al cielo augurando un día soleado en el que sacar el máximo provecho a la cámara y tener un inolvidable recuerdo en el álbum del viajero.

Siguiendo la vía Dante llegamos hasta el centro de visitantes de la exposición, Expo Gate, situada a tan solo unos metros del espectacular Castillo de Sforzesco. Tras él, el Parco Sempione es el mejor lugar para tomar aire y volver al bullicio del centro.

Capital de la moda

Pocos discuten el apelativo de “capital de la moda” que a lo largo de décadas se ha ganado Milán. En la región Este de la ciudad, desde Porta Genova, cruzando por una pasarela peatonal de hierro pintada en verde con un toque de romanticismo metropolitano, llegamos a vía Tortona, eje de la moda en Milán.

En esta calle y su paralela, via Savona, abren sus puertas las más famosas firmas de textil, calzado, bolsos, carteras, telas… Es imposible resistirse a pararse ante sus escaparates, identificados por crear pequeñas aglomeraciones fácilmente distinguibles a lo largo de la calle. Si bien, no se debe obviar a las fachadas, las otras obras de arte de este barrio de artesanos del cuero y sastres de renombre.

La hora del aperitivo

Nos quedamos en la zona, acompañados por el traqueteo de los trenes camino de la Estación de Milán. De nuevo Porta Genova es nuestra referencia, esta vez para hacer un alto en el camino y recargar las pilas tras las compras matutinas. Estamos en la calle Vigevano, uno de los lugares preferidos por los milaneses para tomar un aperitivo. En Taglio lo mejor es dejarse llevar por lo que ofrece el chef.

Milán es algo más que moda y gastronomía (ambas excelentes). Así que nuestro próximo destino es buscar los canales de la ciudad. No dista mucho el gran canal o Naviglio Grande, por lo que se puede hacer el paseo a pie. El canal da nombre a Santa Maria delle Grazie al Naviglio, una iglesia alta y de fachada ocre y sobria que sin embargo guarda interesantes tesoros en su interior. Justo al lado está Pinch Spirits & Kitchen, el mejor lugar para probar una hamburguesa bañada con queso gorgonzola.

Una tarde dulce de arte

El parque Sempione es desde luego un magnífico lugar para hacer una pausa y retomar fuerzas. Desde allí, bordeando el castillo, ponemos rumbo al Museo del Novecento, una muestra expositiva del arte italiano del siglo XX. A tan solo unos metros, en la plaza de la Scala, nos invita a entrar Le Gallerie d’Italia, con destacadas obras de Emilio Vedova o Lucio Fontana. Y si se quiere ampliar la colección de arte nada como la Casa-Museo Boschi Di Stefano, en la via Giorgio Juan, al noreste.

Por supuesto, una vez en la Milán oriental hay que volver a degustar otra forma de arte con igual o mayor número de seguidores. Los más golosos no pueden dejar de visitar de en la calle Felice Casati, cerca de la plaza de la República, la pastelería Pavé. Se sabe cuál es porque es de los pocos establecimientos que tiene colas para comprar.

Cuando cae la noche

Cuando el sol se oculta, Milán se transforma en una ciudad diferente. La luz de sus edificios aportar un perspectiva romántica y halagadora, que invita al viajero a prolongar su estancia en la ciudad. Un paseo por el casco antiguo es aliciente más que suficiente para descubrir los rincones milaneses con más encanto, en un ambiente no ya de compras, sino de distensión tras la jornada laboral.

La noche comienza en Bar Basso, cerca de donde nos quedamos durante la tarde. Este local presume de haber creado uno de los cócteles milaneses por excelencia: el “Negroni sbagliato”. Con su peculiar sabor en la boca vamos en busca del barrio de Brera, una nueva expresión del arte de Milán, con dos testigos de excepción: la Academia de Bellas Artes y la prestigiosa “Galleria”. Las calles centenarias que pisamos son el domicilio de algunas de las mejores pizzerías de Milán (recuerda que estamos en Italia y no puede faltar su protagonista culinaria por excelencia).

Concluye nuestra visita con un buen sabor de boca y la certeza de que volveremos acompañados contigo, gracias a las ofertas de viajes a Milán que encuentras en SMS Vacaciones.