Pocos enclaves del norte de Marruecos pueden resultar tan tentadores como Saidia. Conocida como la Perla Azul, esta población acoge al visitante en un ambiente que aúna los servicios e instalaciones más sofisticados con el sabor del auténtico Marruecos. Considerado por algunos como el Caribe marroquí, este municipio de la Región Oriental brinda algunas de las mejores playas del país, tanto por su enorme extensión como por la calidad de su arena.
Es un privilegiado destino que tiene todo para relajarse y divertirse. Sus resorts y hoteles son famosos por el lujo de que hacen gala. Además, pueden encontrarse instalaciones como puertos deportivos con suficientes amarres como para satisfacer las necesidades de multitud de aficionados a la navegación y los deportes acuáticos, deportes que se disfrutarán en las aguas más limpias y cristalinas que puedan esperarse.
Desde la Perla Azul pueden llevarse a cabo excursiones que, para muchas personas, resultarán un punto y aparte en sus viajes. Situada en un enclave geográfico estratégico, esta población pensada para el máximo disfrute del turismo de alto nivel pero que también ofrece hospedaje y atracciones asequibles, puede resultar el idóneo campamento base desde donde descubrir algunas otras perlas del país norteafricano. Lugar ideal desde donde planear una excursión por el desierto, Saidia quizá resulte el mejor oasis para reponerse y descansar después de la excursión por las inmensas planicies y dunas, donde destacan las doradas dunas del Erg Chebbi. Un erg puede significar para el viajero mucho más que una hermosa imagen en el álbum de fotos. Las áreas profusamente arenosas de los erg, con dunas de fantasía y extensiones que se pierden en la distancia, suelen ser habitual destino de los turistas que contratan excursiones en 4×4.
Cabo de Agua es una aldea pesquera cerca de Chafarinas, famosa por su pescado fresco y por sus soberbios paisajes marinos. Es otra de las rutas que muchos turistas planean desde la población protagonista de hoy. Sin embargo, quizá el viaje más deseado es el que conduce hasta Oujda, la capital de la Región Oriental, a unos 60 km por carretera. En este lugar, el visitante se encuentra en cada rincón con el auténtico Marruecos. Los aromas, colores y jolgorio son una constante en su Medina y en los muchos mercadillos que salen al paso. En cuanto a gastronomía, uno de los bocados típicos es el «karan», elaborado con garbanzos y concentrado de cítricos.
Pero también en la Perla Azul podemos encontrar rincones y palacios muchos más antiguos que los modernos resorts que la han hecho famosa. La Alcazaba o Kasbah fue mandada erigir hace dos siglos por un sultán que no reparó en gastos: casi 16.000 m2 de superficie dan testimonio de la grandeza que hoy se complementa con la modernidad y los atractivos turísticos. En todo caso, no es necesario ir a explorar los mercadillos de Oujda, por muy grata y provechosa que sea la experiencia: también en la propia Saidia pueden encontrarse zocos y mercadillos para todos los gustos.
En cuanto a comunicaciones, el aeropuerto más próximo es el de Oujda. El aeropuerto de Nador es otra de las opciones, aunque se encuentra a unas dos horas en coche. Melilla es uno más de los destinos a visitar desde la Perla Azul y, también, significa otra posible ruta para acceder a este sorprendente enclave norteafricano que evoca al lejano Caribe.