Nada más salir de la boca norte del túnel de Vielha se siente un alivio inmenso con el paisaje que se brinda ante nuestros ojos, el Valle de Arán, o Val d’Aran, como se denomina en el dialecto de la comarca. Esta región limítrofe de los Pirineos con la provincia catalana de Lérida ha experimentado un gran apogeo turístico en los últimos años con la apertura en 2007 del nuevo túnel. Ahora no hay que escalar por carreteras de montaña superando puertos situados a más de 1300 metros para acceder a un territorio tan único que cuenta con un estatuto particular, guardado bajo 6 llaves.
Blanco en invierno, esmeralda en verano
El Val d’Aran tiene dos trajes. Uno es blanco inmaculado y lo viste en invierno, momento en que las pistas de esquí, como Baqueira Beret, abren sus puertas y se ofrecen a deslizar ladera abajo a los apasionados de los deportes invernales que encuentran en este reducto aragonés de Cataluña un lugar privilegiado por clima y belleza. Sigue Leyendo