En Bali todo parece tomar un cariz cromático mayúsculo. Los colores se visten de singular intensidad, desde el azul del mar a las blancas nubes, pasando por un crisol espectacular en los campos de arrozales. Se dice que en Bali todo lo que se crea debe ser bello. Sus trajes, bailes y gastronomía son una muestra de que cuanto existe llama la atención. Una isla situada en un enclave privilegiado en el centro de Indonesia, con exuberantes playas e impresionantes montañas volcánicas cubiertas de naturaleza. El budismo, el hinduismo y posteriormente el Islam han aportado sus particulares granos de arena arropando la cultura en templos y lugares sagrados que salpican cada rincón de esta porción del paraíso. ¡Comienza nuestro viaje a Bali!
La joya del Índico
Enclavada en la cadena de islas de origen volcánico del sudeste de Indonesia, Bali es una de las islas más espectaculares. En esta región se llegan a contar hasta 13000 islotes, pero solo algunos llegan a destacar por su impresionante belleza como lo hace Bali. Recorrer la isla supone para el viajero adentrarse en una cultura, una forma de ver la vida y un mundo diferente. La cámara de fotos es una compañera inseparable durante todo el viaje, dando la ocasión para inmortalizar montañas que arañan las nubes, campos de arrozales, bailes milenarios, templos en la frontera entre la tierra y el mar y un sin fin de experiencias que hacen de este lugar un destino ineludible.
Por lo general todos cuantos ponen sus pies en esta isla llegan al aeropuerto de Denpasar, la capital de Bali. Desde allí nacen buenas carreteras que permiten recorrer la isla de punta a punta en no más de tres horas, lo que favorece el viaje y ofrece la oportunidad de no dejar nada por visitar en la agenda del viajero. Bali tiene una extensión similar a Cantabria, ocupada por cuatro millones de habitantes que tienen en el arroz su principal cultivo y base de la alimentación. La isla con forma de pez panzudo regala a los submarinistas fondos coralinos de inestimable valor, en la línea de las maravillas que se pueden recorrer desde la línea de costa al interior de la isla.
A pesar de las playas y acantilados de postal que Bali ofrece a cada paso de su costa, y que es el motivo que lleva a viajar a Indonesia a muchos de los extranjeros, los balineses no son muy amantes al mar. Ellos prefieren el interior. Un puzzle extraordinariamente trazado que aprovecha cada recodo, cada rincón, para la producción de su ingrediente base: el arroz. Los arrozales abundan por doquier, dando lugar a estampas idílicas de una de las islas más fotografiadas del mundo.
Lugares imprescindibles de Bali
Desde el sur de Bali, donde se encuentra la ciudad más poblada y capital administrativa de la isla, surgen varios itinerarios que permiten recorrer las decenas de lugares más llamativos. Nosotros nos quedamos con varias paradas que nos parecen indispensables en un viaje a Bali, desde los templos que saludan al mar a los que se encuentran también rodeados de agua pero en lo más alto de la isla.
Tanah Lot, “tierra en el mar”
Tanah Lot es el templo budista más visitado de la isla. Aunque la religión mayoritaria es el Islam, lo balineses siguen afines al hinduismo y rinden homenaje a los dioses de antaño en templos situados en lugares privilegiados. En este templo situado en un islote al pie del mar -de ahí su nombre: Tanah, tierra, y Lot, mar- es la “meca” para muchos balineses. Se encuentra apenas a veinte kilómetros de la capital siguiendo la carretera del oeste. Durante la marea alta el acceso al templo queda vedado a pie, siendo necesario que se retiren las aguas para apreciar los escalones excavados en la roca. Sucesivos tejados de paja se levantan sobre la vegetación que cubre el escaso espacio disponible.
Como este templo, pero situados en lugares menos curiosos, hay otros seis que rodean la isla. La fe hindú asocia a las altas montañas a los dioses y espíritus bondadosos, mientras que a pie del mar buscan los remedios contra el mal. La caída del sol es uno de los momentos en los Tanah Lot se muestra con más espectacularidad si cabe. Aunque es a primera hora de la mañana cuando los habitantes de las regiones cercanas acuden a los sacrificios para apaciguar a los espíritus del mar.
Teatro y arrozales en Ubud
Hacia al centro de Bali, en una región con sobreabundancia de arrozales, se yergue la ciudad de Ubud, famosa por sus teatros, títeres y danza. Se puede decir que es la ciudad más cultural de la isla. La proliferación del turismo permite continuar con tradiciones ancestrales de representación de danzas y títeres callejeros que atraen a los turistas y a no pocos balineses. Las procesiones de jóvenes ataviados con los trajes típicos de Indonesia soportando sobre sus cabezas sombreros imposibles y sombrillas que poco sol ocultan. En sus trajes, confeccionados con un tejido conocido como ikat suelen observarse bordados de oro, ligando los diversos colores que abundan en la isla y que forman parte de los atuendos cotidianos.
Muchos de los extranjeros que viajan a Bali se quedan en las hospederías y hoteles que hay en Ubud en torno a sus atractivos turísticos. En los restaurantes el arroz es sin lugar a dudas el ingrediente estrella. Elaborado de mil y una maneras se sirve como acompañante unas veces y como sustento en otras.
Desde Ubud salen cada día decenas de excursiones para visitar algunos de los templos más importantes de la isla, con paradas ante campos de arrozales, la estampa típica de Bali, en los que se afanan los agricultores con el agua hasta las rodillas. Algunos de los lugares sagrados próximos están rodeados de leyendas. El templo de Goa Gajah, situado en una roca, se dice que fue creado por un gigante con excavó la cavidad con sus propias manos, si bien la impresión es que se accede no a un templo, sino a la boca del mismísimo demonio.
De vuelta a la ciudad no está demás dedicar una visita al templo de la familia real. En el itinerario pie la belleza se inmortaliza en forma de cuadros expuestos en algunas galerías de reconocido prestigio y en forma de obras de teatro y representaciones de títeres, uno de los atractivos más interesantes y menos conocidos de Bali. Como tampoco se debe dejar pasar la oportunidad de pasear por el Bosque de los Monos, una porción de selva donde los monos y las estatuas se suceden a cada paso.
Playas y fondos marinos
Sin duda, uno de los atractivos que tiene la más bella de las islas de Indonesia son sus playas y fondos marinos. El litoral norte y la costa del oeste pueden resultar conocidos para el viajero. Sus playas son las protagonistas de muchos fondos de pantalla que decoran los ordenadores de oficina y que en Bali existen de verdad. Desde estas costas salen cada día a pescar los balineses en frágiles embarcaciones, muchas de ellas artesanales. En la proa dibujan ojos, en un intento por tener la complicidad de los dioses marinos y volver a tierra sanos y salvos y con capturas suficientes.
El litoral meridional es el mejor lugar de Bali para bucear. Sus fondos rocosos y son el hogar de miles de peces que conforman un crisol cromático al que se suman los corales. En la superficie las protagonistas son las olas que hacen las delicias de los surfistas. En Candidasa y Padangbai se pueden disfrutar de idílicas playas de arena blanca. También se puede embarcar en algunos de los barcos turísticos y navegar con los delfines.
El volcán de la vida
Casi desde cualquier rincón de Bali se puede contemplar la silueta majestuosa del volcán Gunung Agung. En sus laderas se suceden hasta 23 templos, conformando lo que los balineses conocen como el Templo Madre. En el volcán vecino de Bratan, está otro de los templos sagrados de Bali, el templo de Ulun Danu, situado en el centro del lago de Bratan.
Se antoja poco el tiempo que hemos pasado en la isla, recorriendo sus templos y su cultura acompañados de arrozales. Por suerte las ofertas de viajes a Bali nos permitirán volver pronto a la isla más hermosa de Indonesia.