Ruta de Estrasburgo a Baden-Baden – La Alsacia Francesa

Estrasburgo - puente medieval

Puente Medieval – Estrasburgo (Francia)

La Alsacia, de Estrasburgo a Baden-Baden

Una ruta a través de lugares europeos tan emblemáticos como la Alsacia francesa y la Selva Negra puede dar como resultado un viaje del que no lleguemos a olvidarnos. Esta región se encuentra plagada de lugares llenos de encanto, de decorados dignos de la mejor de las fotografías y de monumentos y maravillas naturales que merece la pena disfrutar con nuestros propios ojos.
Para disfrutar de una ruta completa a través de la región podemos tomar como punto de partida Estrasburgo, ciudad inmortal donde las haya, e ir avanzando a través de algunos de los lugares más característicos de la región hasta poner punto y final a nuestro viaje en Baden-Baden. A continuación proponemos una ruta para amantes del turismo que quieran descubrir una serie de lugares, monumentos y muestras vivas de la Europa más mágica de la región. Para ello la combinación de trenes y autobuses, o el propio uso de un coche de alquiler se convierten en las mejores opciones para este viaje.

Estrasburgo

Antes de que la Unesco denominara la Gran Isla de Estrasburgo como Patrimonio de la Humanidad ya habían sido muchas las personas que se habían maravillado con sus virtudes. Esta zona de la ciudad es el centro puro de la misma, el cual nos permite viajar a tiempos del medievo sin movernos del lugar. Su visita nos va a dar una primera impresión de calidad de lo que significa esta ruta europea. El conjunto de iglesias que podemos encontrar en la Gran Isla es uno de sus principales atractivos. Estas se han conservado de forma sólida incluso con el paso de las guerras, aunque con alguna excepción, y ofrecen a los visitantes una vista imponente. El caso de la Catedral de Notre-Dame de Estrasburgo es el más referente de la zona, dada no solo su gran altura, lo que la ha llevado a ser una de las cinco más altas del mundo, sino también al estilo arquitectónico utilizado.

Canal de Estrasburgo

Canal de Estrasburgo – Alsacia (Francia)

Los visitantes tienen propuestas variadas e interesantes en Estrasburgo en cuanto a turismo. Se combinan de forma muy eficiente los edificios, estructuras y plazas, contando con un sabor auténticamente medieval. Podemos apreciar construcciones de diversos estilos arquitectónicos que confluyen en un mismo lugar para aportar valor añadido a la región. Como recomendaciones, no se puede dejar pasar la visita a Place Kléber, que está considerada como la plaza más característica de esta zona de la ciudad y también es recomendable visitar el Palais Rohan, en el cual están los museos Arqueológico, de las Artes Decorativas y de las Bellas Artes.

Estrasburgo es también un lugar lleno de tiendas, con buenos servicios comerciales y una afirmada filosofía para el turismo que deja muy satisfechos a los visitantes. Cuenta con un sistema de tranvía que hace más fácil el desplazamiento por la ciudad y dispone de hoteles tan recomendables y reconocidos como el Hotel Regent Petit France en el centro histórico y el Hotel Hannong, este último muy cercano a la majestuosa catedral.
Otras recomendaciones turísticas son el Musée de l’Œuvre Notre-Dame, que se centra en repasar la historia de la catedral, la Cabinet des estampes et des dessins, en la cual se pueden ver más de 200,000 dibujos y grabados, así como el Parc de l’Orangerie, donde la variedad es tal que encontramos incluso un zoo. Si nos gusta la música y visitamos la región en verano no podemos perdernos el Festival international de Strasbourg y en este caso también es recomendable escuchar en vivo a la Orquesta Filarmónica de Estrasburgo, que se fundó en 1855 y tiene una larga historia.

Haguenau

Continuando con la ruta podemos detenernos en Haguenau, una localidad francesa que está disfrutando de un fuerte desarrollo y que también guarda algunas sorpresas para el visitante. El Musée historique de Haguenau es un museo muy recomendable debido no solo a su estilo arquitectónico, un marcado edificio neo-medieval, sino también por su tamaño y por su amplia colección. El Musée alsacien, por su lado, gana puntos de interés por encontrarse situado en un palacio que indudablemente atrae al público. Otros lugares de interés en Haguenau para una visita no muy extensa son el edificio del teatro, no tan antiguo, pero no por ello menos relevante, y la iglesia de San Nicolás. No obstante, es cierto que estos monumentos y edificios históricos se han visto muy lastrados por las guerras, perdiendo muchos de los elementos que les dieron fama en su momento.

Hunspach

Le fort de Schoenenbourg

Le Fort de Schoenenbourg – La Ligne Maginot – Alsacia

Llegamos a Hunspach, uno de los puntos clave en esta ruta. Es una localidad que se encuentra cercana a Wissembourg, donde después también detendremos nuestra atención. Se mantiene la estructura de edificios con un característico toque alsaciano que habremos ido viendo por el camino y cuenta con una buena combinación de colores propia de la región.

Pero lo más significativo de Hunspach se encuentra en la forma de la Maginot Line, una zona de referencia que nos aleja de los tiempos medievales en los que hemos estado nadando para situarnos en una época mucho más moderna. Esta zona se utilizó como línea defensiva, de protección y de seguridad en la década de los años 30, delimitando con precisión el territorio francés del alemán. Francia tenía muy claro que no se introduciría en la Segunda Guerra Mundial cometiendo los errores del pasado, por lo que construyó esta emblemática zona que ahora es objetivo de turistas de todo el mundo. Utilizada de forma oficial entre los años 1935 y 1969, la Maginot Line ayudó a las tropas francesas a estar más preparadas y en activo contra los ataques de los alemanes. Desgraciadamente, el bando alemán encontró la forma de evitar estas fortificaciones para atacar de igual manera a los franceses, si bien esto ha quedado ya para la historia.

El turismo de la Maginot Line consigue atraer a multitud de personas por la carga de historia que mantiene cada una de las instalaciones. De todas las estructuras que se conservan el Fort de Schoenenbourg, que es el fuerte de mayor tamaño abierto al público, resultando muy llamativo a primera vista debido a la sólida imagen de la que hace gala. Lleva convertido en atracción turística desde finales de la década de los años 70, y causa pasión entre los amantes de la historia bélica debido a que desde este lugar llegó a resistir el impacto de miles de balas e incluso de 160 bombas lanzadas desde aviones. Los franceses hicieron muestra de una de las estructuras más imparables de todo el conflicto bélico.
Para disfrutar la visita en su totalidad hay una guía que permite conocer hasta el último de los entresijos de las instalaciones.

Wissembourg

Casa de la sal - Wissembourg

Wissembourg – La Maison du sel

Terminamos la visita de Maginot Line y nos detenemos en un lugar imprescindible: la localidad de Wissembourg. Volvemos a introducirnos en el estilo medieval más puro, lo que nos depara la visita de una serie de iglesias medievales que han logrado una gran repercusión. Destaca la iglesia de Saint-Jean y la de Saint-Ulrich, así como algunas casas muy atractivas, como la Maison de l’Ami Fritz, o la Maison du sel (Casa de la sal), edificio emblemático en Wissembourg, famoso por su enorme techo buhardilla y que inicialmente fue un Hospital, mas tarde un matadero y finalmente se convirtió en un almacen de sal. Junto a este edificio se encuentra el ayuntamiento, donde existen servicios de guía turística y rutas propuestas que pueden resultar muy útiles. La ruta más medieval nos permitirá profundizar en la Maison des Bains, la Grange aux Dîmes o la Sonneur de cloches, edificios históricos que representan bien la historia medieval de los alrededores. Y si queremos relajarnos un poco, tenemos la oportunidad de montarnos en un mini-tren que recorre la localidad durante más de una hora al precio de 6€.

Wissembourg es un buen lugar para descansar y hacer una pausa en nuestro viaje. Los restaurantes A l’Espérance, Au Moulin de la Walk, La Passade, Le Charles V y Le Palais Gourmand son buenos sitios donde podremos disfrutar de la gastronomía de la región. Por su lado, para dormir tenemos una amplia selección de hoteles, entre los que podemos recomendar algunos nombres como Zum Schneckehiesel, Weiss o Citôtel d’Alsace, contando la mayor parte de ellos también con restaurante, por si no queremos complicarnos.

Baden-Baden

Antes de llegar a nuestro destino final en Baden-Baden podemos realizar algunas paradas rápidas en el camino a fin de apreciar el estilo de otras pequeñas localidades de la región. Muy cerca de Wissembourg tenemos algunos pueblos cómo Seebach o Hoffen, tipicas localidades alsacianas del Bajo Rin recomendables para visitar, aunque sólo por contemplar la belleza de sus edificios. En lugares como Soufflenheim y Hugelsheim apreciaremos unas estructuras destacadas que merece la pena apreciar, y si tenemos oportunidad no estará de más hacer alguna parada para disfrutar de la gastronomía de la zona. No son lugares tan destacados como Baden-Baden, que dará broche y final a la ruta con una serie de atractivos más que destacados.

Seebach - Wissembourg

Seebach – Bajo Rin

A Baden-Baden se la conoce como una ciudad spa y no se nos puede ocurrir un mejor destino para acabar el viaje. El valor turístico de la zona está equilibrado en interés a la relajación de la cual podremos disfrutar en los baños termales de los que dispone. Comenzamos con la visita turística poniendo rumbo hacia los castillos, el viejo, conocido como Hohenbaden y el nuevo, Neues Schloss, que combinan una arquitectura digna de ver. La iglesia Stiftskirche es una clara representación de estilo gótico, mientras que de estilo moderno el Festspielhaus Baden-Baden es un gran salón de conciertos en el cual se realizan actuaciones de primera categoría. También se pueden visitar las ruinas de los baños romanos, que datan de hace 2000 años y se conservan en un estado mucho más completo del que se podría imaginar por su antigüedad.

Pero la visita que caracteriza a Baden-Baden es la de Kurhaus, centro de interés de la zona y lugar que no podremos evitar visitar por ninguno de los modos. Este resort concentra el lujo, el estilo clásico y los placeres de una de las zonas más apasionantes de toda la ruta. Diseñado por Friedrich Weinbrenner en 1824, la estructura se ha convertido en una marca y seña de la Selva Negra. Dispone de todo lo que podamos llegar a imaginar, destacando sobre todo su casino, de enormes salas y de unas instalaciones que son capaces de asombrar y complacer a partes iguales incluso a los visitantes más exigentes. Este casino dispone de una estructura elegante y lujosa, habiendo sido también testigo de la realización de actos culturales de gran variedad.
Otro de los incentivos de este spa es el Museo Fabergé, que desde el año 2009 reúne todo tipo de objetos relacionados con este diseñador de joyas. Dispone de más de 700 piezas y está actualizado con exposiciones y materiales de gran valor para hacer la delicia de los visitantes.

Como no nos vamos a marchar de Baden-Baden sin comer y dormir, también tenemos que tener en cuenta algunas recomendaciones. Como restaurantes destacados podemos mencionar Gasthaus Auerhahn, Eckberg-Stuben, La Provence y L’Opera Romano, combinando tanto gastronomía local como un marcado estilo mediterráneo. Son habituales de estos restaurantes tanto el pescado como el venado y el cordero, todo cocinado siguiendo los métodos tradicionales de Baden-Baden.
Respecto al alojamiento son tantas las opciones que es difícil llegar a recomendar solo algunas. Brenners Park-Hotel & Spa es un buena recomendación, así como Der Kleine Prinz, Hotel Belle Epoque o el Hotel Steigenberger Europaischer Hof.

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