Asilah – Un oasis de calma al sur de Tánger

Asilah

Asilah (también escrita en castellano como Arcila o Arzila), una pacífica villa costera del litoral atlántico marroquí, posee una historia turbulenta de guerras y conquistas. Se sabe que fue conquistada por los fenicios (la llamaron Zilis), los romanos (Constancia), y por árabes, portugueses y españoles. En el siglo XV la tomaron tropas portuguesas, y de esa época han quedado las murallas defensivas que protegen la zona vieja y la medina. Luego la reconquistaron los nativos, al mando de la dinastía Saadi, en el siglo XVII la conquistaron los tercios españoles y la recuperó un héroe nacional marroquí, Muley Ismail, en 1691. La Armada española la bombardeó también en el siglo XIX. Fruto de esa tormentosa historia, Asilah guarda un rico patrimonio arquitectónico.

Qué ver en Asilah

El mayor atractivo turístico de la ciudad es la Medina, totalmente rodeada de murallas y considerada como una de las más hermosas del país. Muchos la consideran la medina más limpia de marruecos, con sus paredes totalmente blancas y calles de zócalos azules. Las edificaciones, de estilo neoárabe, se encuentran perfectamente rehabilitadas y restauradas, y el lugar es mucho más tranquilo que las zonas viejas de Tánger o Fez, con un sabor más tradicional y menos chiringuitos de souvenires que en otros destinos. Merece la pena perderse por las calles para encontrar murales de artistas locales, creados de forma espontánea, encontrar alguno de los edificios históricos, como la Medersa, de los años 30, o simplemente relajarnos.

En la zona más cercana al mar tenemos el Palacio de Raisuni, un museo cultural que ocupa un hermosísimo edificio de estilo andalusí que fue un caserón morisco. También tenemos la capilla de Sidi Ghaylan, un hombre santo de la región muerto en el siglo XIX. En la calle Alcazaba tenemos los antiguos cuarteles españoles, la mezquita Kebir, con un alminar octogonal característico, y el Centro Hassan II, en el que se realizan exposiciones. En otra pequeña mezquita, situada en la plaza Bem Hamdush y antiguo templo católico portugués, podremos apreciar la torre Menagen o Portuguesa, uno de los puntos más emblemáticos de Asilah.

También merece la pena recorrer el perímetro de la muralla. En la zona que da al mar ofrece unas excelentes vistas sobre el Atlántico, y sus tres puertas, Bab el Bhar, Bab el Kasbah y Bab Homar, son también de interés. En este último acceso, situado al sureste, está el mercado de Ahfir, situado en un antiguo foso y al que merece la pena echar un vistazo. En el sur de la muralla tenemos el Torreón de Caraquia, un excelente mirador en el que observar la puesta del sol, y el Morabo (una especie de capilla musulmana) de Ahmed el Mansur, un capitán árabe que conquistó la ciudad.
Por otra parte, al norte de la Medina nos encontramos con los restos de la ocupación europea durante la época en la que Marruecos era un protectorado. El lugar más interesante es la iglesia de San Bartolomé, construida en 1923, así como el antiguo Ayuntamiento, el mercado y la estación de autobuses, la almadraba y el antiguo cuartel de la Mehala.

Gastronomía, alojamiento y playas

Uno de los incentivos para visitar Asilah, sin duda, es disfrutar de sus excelentes mariscos y pescados, que ofrece buenos servicios. La ciudad está muy visitada por españoles de Ceuta, así que es fácil encontrar un camarero que nos atienda en castellano. De hecho, uno de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad es el restaurante Casa Pepe. También hay puestos de venta ambulante de caracoles.

En la ciudad hay varios hoteles, alguno con servicios adicionales, actividades deportivas y demás. Sin embargo, también es de señalar que hay un importante mercado de alquiler de viviendas en la Medina; antes era frecuente que a los turistas los abordasen intermediarios, o los mismos propietarios, ofreciéndoles el alquiler de un apartamento por días o semanas. Actualmente en temporada alta casi todos los apartamentos ofertados se reservan con antelación y por internet.

El litoral de Asilah es envidiable. Cuenta con playas de arena fina y aguas limpias, y, lo más destacable, la belleza de estos parajes ha sido respetada por el urbanismo. La playa urbana, muy concurrida en verano por los habitantes de la ciudad, tiene seis kilómetros de largo y es muy acogedora. También está la playa de Sidi Mugaits (a unos doce kilómetros al sur de Asilah), más aislada y perfecta para hacer surf. Tiene también un chiringuito playero. Otras playas son las de Briech,Las Palomas y la playa de las Barcas.

Ofertas de viaje  relacionadas con Asilah